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Porque Lugo lo vale

SIN NINGUNA intención, ni lo contrario, ojo, de hacer campaña al hombre al que hoy los ciudadanos le dirán si sigue siendo alcalde de Lugo, el hombre que lleva cerca de dos décadas declarando su amor, su locura, su pasión -cada cuatro año sube un grado- por la ciudad, quizás habría que darle la razón en eso de querernos un poco más. Como ciudad y como provincia. Un poco más de chovinismo no nos vendría mal para poner sobre la mesa los atributos, la capacidad y el potencial de un territorio y de una gente que a poco que se ponga hace cosas grandes.

Y a lo mejor este es un buen momento, porque, como en toda campaña electoral, en ese intento de los candidatos de convencer a los votantes de que confíen en ellos, de que son lo mejor que les podría pasar, y en ese legítimo derecho de devaluar al adversario, la mayoría han caído en el error de presentar un Lugo caótico, corrupto, atrasado... Una ciudad con mucho potencial, dicen, pero que ahora mismo poco menos que hay que esconder.

Y sí, en Lugo hay mucho que mejorar. Muchísimo. Han pasado cosas muy graves en los últimos años. Muchas. Lugo ha abierto más de una vez los telediarios nacionales con políticos esposados entrando en los juzgados, con jueces entrando en las instituciones, con agentes del orden y empresarios involucrados en redes de prostitución y explotación, con un cuasi emporio farmacéutico que llevaba el nombre de Lugo por España adelante cayendo como un castillo de naipes... Esta semana, la hemeroteca me retrotrajo a esa tarde de febrero del año pasado en que, con los cascos ante el ordenador, escuché de viva voz la confesión autoinculpatoria de Liñares en la que había sido su primera comparecencia ante la jueza. Todavía sigo impresionada. «En un momento de tanta crisis, tantas personas que lo pasan mal, más necesitadas que yo -que tengo el privilegio y la suerte de tener un puesto de trabajo, aunque seguramente ya no lo conservaré- son merecedoras de que se resarza a la sociedad con aquello con lo que ilícitamente algunos nos hicimos», decía Liñares. Seguimos esperando.

Un poco más de chovinismo no vendría mal en un lugar con atributos y gente que, a poco que se ponga, hace cosas grandes

También los periodistas tenemos una cuota de responsabilidad. Con la selección de los temas que contamos contribuimos a modelar la imagen de una ciudad y a menudo copa más espacio lo malo que lo bueno. Buscar el equilibrio no es fácil, entre otras razones porque la denuncia de la trampa, de la corrupción, de la violencia... es necesaria. Y sí, también, por qué no decirlo, porque el común -y recalco, común- de los lectores/espectadores/oyentes se van antes a eso que a lo otro. Serán instintos primitivos, pero es así.

Sin ánimo de buscar la penitencia, nunca es tarde para detenerse y llamar la atención sobre lo bueno que tiene Lugo. Que es mucho. El Arde Lucus seguramente es uno de los grandes logros de la ciudad en los últimos años. Con el impulso municipal y la absoluta implicación de los lucenses, desde colegiales a jubilados, de la nada hemos sacado una de las mejores fiestas que seguramente tiene España en este momento. Y gracias a un joven realizador de ascendencia lucense, en la primera quincena de junio se mostrará en todos los trayectos de largo recorrido de Renfe por el país. Brais Revaldería es el autor de un documental sobre la fiesta de recreación del pasado castrexo-romano de Lugo que ya ha circulado por medio mundo -acumula 22 premios y más de 80 nominaciones en 35 festivales internacionales de cine- y cuyos derechos ahora ha adquirido la productora audiovisual que surte de contenidos de entretenimiento a Renfe.

Arde Lucus. Es uno de los mayores logros y un realizador de origen lucense hará que se vea en los trenes de toda España

Si uno se para a pensar, son muchas las personas que hicieron, hacen o podrían hacer Marca Lugo. De la buena. Y que desde luego tendrían que hacer sentirnos orgullosos. No tenemos un Amancio Ortega y un Zara -con sus sombras, que también las tiene- que lleve el nombre de la ciudad por todo el mundo, pero tenemos empresas que apuntan muy buenas maneras y que ya hacen país. Los laboratorios AmsLab recibieron el año pasado el accésit de Compromiso Social del Premio Nacional Joven Empresario. La firma salió del campus lucense y del vivero municipal de empresas, recordemos.

La única facultad de Veterinaria de Galicia, una de las mejores de España y reconocida también en Europa está en Lugo. El Rof Codina tiene la única unidad de radioterapia para animales medianos de todo el país y en sí es un hospital veterinario de referencia. El Hula aún no cuenta con los servicios de Radioterapia y Medicina Nuclear con los que fue planificado y Hemodinámica funciona solo de ocho a tres, pero el servicio de Medicina Digestiva, por ejemplo, es una referencia en Galicia en algunos tratamientos.

La neurocientífica pastoricense Sonia Villapol investiga en el Centro de Neurociencia y Medicina Regenerativa del Instituto Nacional de Salud, en Washington, sobre un fármaco que repare daños cerebrales; la mariñana Rosa García Piñeiro dirige Alcoa en España y ya en 2013 fue incluida en la lista Women Worth Watching, de ejecutivas con futuro; los físicos Carlos Salgado y Diego Martínez desarrollan su labor en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas... Es injusto no nombrarlos a todos, como a los deportistas lucenses que fueron olímpicos o, aun sin serlo, llevaron y llevan el nombre de Lugo por el mundo.

Lugo como ciudad sacramental, como único lugar del mundo con una muralla romana entera, como la provincia por la que discurre la ruta jacobea más antigua, con el principal puerto bonitero del país, como uno de los pocos territorios del planeta donde se sigue practicando la viticultura heroica..., son motivos para querernos y hacernos valer mucho más de lo que lo hacemos. Y para dejar sin argumentos a aquellos que desde fuera nos ven como gente que vivimos en la indefinición y en el minifundismo mental. Me niego. De esa gente habrá, pero de la otra también.

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