Opinión

La pasarela de París brilla con luz propia

La alta costura se viste con tintes más deportivos y desenfadados de cara a la próxima temporada

India, 1911. Una mujer camina con fuerza y decisión, segura de sí misma. Lleva prendas con pedrería, bordados y relieves cuidados hasta el infinito, aunque con un toque deportivo. Esta podría ser perfectamente la mujer a la que Elie Saab viste de alta costura. Y es que aunque resulte increíble, la colección primavera/verano 2016 del diseñador libanés ha sido toda una sorpresa.

Aunque siempre me sorprende por su forma de crear y de realzar la belleza femenina, esta vez lo ha hecho sobremanera. Sobre la pasarela pudimos ver pantalones de montar, botas de inspiración militar, mochilas... El modisto se inspiró en Lilah Winfield, una aristócrata que retrató su vida en Raj. Gracias a ella, Saab ha conseguido su colección más actual y desenfadada. Y alerta para las novias: propone cubrir la cabeza con una tela en vez de llevar velo.

La alta costura nació en 1858 en París y las colecciones que se presentan durante esta cita bianual son por antonomasia las propuestas estrella en el mundo de la moda. Y lo son porque confeccionar un solo vestido puede llevar hasta 200 horas de trabajo, pueden participar 2.200 costureras y su precio puede alcanzar los 10.000 euros. Por ello, Francia protege esta moda por ley a través de la Federación Francesa de la Alta Costura. La casa más antigua de este selecto club, Chanel, mostró una colección que no dejó de sorprender. De la imaginaria casa de muñecas que Lagerfeld presentaba salieron obras de arte: trajes confeccionados con ‘tweed’, pedrería, tul, escamas… diseños en los que el detalle hacía especial y único cada conjunto. Para ilustrar que lo del estilo ‘sporty’ va en serio: el káiser reinventa los zapatos clásicos de Chanel con corcho a modo de plataforma. No sorprende si recordamos las zapatillas que popularizó en 2013 y por las que se llegaron a pagar 4.000 euros.

Apuntad otra nueva tendencia: la riñonera. Si pensabais que el objeto por excelencia de los 80 había quedado atrás, equivocación.

Zuhair Murad suele encandilarnos con sus diseños hiperfemeninos. Esta vez no podía ser menos y el diseñador cumplió todas las expectativas. Además de trabajar con una amplia gama cromática, -desde el blanco al rosa, azul y verde palo, pistacho y anaranjado, y de nuevo volver al níveo- presenta una gran variedad de vestidos con los que ser la reina de la fiesta. Con asimetrías en el escote o en la falda -preciosos juegos con sobrefalda de péplum larga- estampados de flores, troquelados o pedrería, todos conforman una de sus colecciones más bellas.

Valentino siempre es como entrar en un cuento de hadas. En este caso, la variedad de estilos que mostró sobre la pasarela no hace más que inducirnos a inmiscuirnos en su mundo mágico. Atención sobre todo al terciopelo, uno de los tejidos más trabajados mediante superficies quemadas y parches pintados. Difícil escoger solo un vestido, ¿verdad?

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