Opinión

Se les rompió el amor

"SE NOS ROMPIÓ EL AMOR de tanto usarlo", cantaba a pleno pulmón la más grande, Rocío Jurado, en una canción, cargada de sensualidad encubierta, que tuvo un tremendo éxito en toda España, porque contaba algo tan habitual como el final de la relación de una pareja, una ruptura como la que esta semana sufrió el matrimonio de conveniencia política entre Elena Candia y Manuel Martínez. Desde el mes de octubre de 2015, hace ya casi año y medio —cuando se produjo la moción de censura que llevó a Darío Campos a la presidencia de la Diputación y acabó con el alcalde de Becerreá fuera del grupo socialista—, la portavoz y presidenta del PP provincial y el diputado no adscrito mantuvieron una relación muy fructífera para ambos, que el retorno del becerrense a los escaños del PSOE ha hecho totalmente inviable. Ya se sabe que cualquier ruptura es dolorosa, pero parece que en este caso, por lo menos, el reparto de bienes comunes no va a resultar demasiado complicado y ambas partes pueden decir que salen de la relación como de una buena experiencia, en la que los dos sacaron cosas positivas.

Manuel Martínez se ha salido con la suya e incluso más. Su propio partido, en el que milita desde los años setenta, le intentó hacer una jugarreta usando muy malas artes y acabó teniendo que claudicar ante sus demandas. Ahora vuelve al puesto que debería haber ocupado ya desde octubre de 2015 y además se ha ganado el cargo de vicepresidente, al mismo tiempo que desplaza a su, hasta ahora, peor enemigo en el gobierno socialista, Álvaro Santos. Aunque parezca mentira después de todos los agravios sufridos, el de Becerreá vuelve cargado de buenas intenciones y dispuesto a seguir luchando por sus auténticas convicciones, aunque tal vez un poco más pragmático y menos convencido de la ortodoxia del partido, y a entenderse con todos, hasta con los que le llamaron "trilero" y cosas peores.


La relación de Candia y Martínez ha tocado a su fin y como en todo divorcio queda malestar en alguna de las partes


Por su parte, Elena Candia sabe que, en buena medida, su ascenso meteórico en la política se debe a los éxitos obtenidos como portavoz del PP en la corporación de San Marcos, un puesto que le ayudó mucho a superar a su rival Raquel Arias a la hora de optar por la presidencia del PP, y en el que contó como fiel aliado con Manuel Martínez. Hubo momentos en el último año y medio, en el que daba la sensación de que las riendas de la Diputación estaban en sus manos, con continuos desafíos al equipo de gobierno, que este, a duras penas, conseguía amortiguar con triquiñuelas legales.

Ahora, está concentrada en cohesionar el partido a nivel provincial, un poco tocado después de la batalla con Arias, y para ello cuenta con un buen aliado, el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Balseiro, que está sorprendiendo a propios y extraños por su capacidad de trabajo, su disposición al diálogo con todo el que lo solicita y con reuniones, en las que no solo hace promesas, sino que propone soluciones viables.

La relación de Candia y Martínez ha tocado a su fin y como en todo divorcio queda malestar en alguna de las partes, pero en este caso el matrimonio era de conveniencia y ambos sabían desde el principio que tenía fecha de caducidad. Por lo que se refiere a los siempre controvertidos repartos de bienes, quedan algunos acuerdos tomados por el pleno gracias a la mayoría que sumaban juntos y que están sin cumplir, pero el de Becerreá pretende mantener su palabra y conseguir, desde dentro, que los que suponen un interés común para la provincia acaben cumpliéndose. Por lo demás, se rompió el amor y cada uno por su lado.

Otra residencia sin salida
La Diputación acaba de sacar a contratación la construcción de otra residencia en Lugo, concretamente en Meira, con un presupuesto que ronda los dos millones de euros. Nadie duda de que se necesitan centros de este tipo, pero de poco sirve que se construyan si después no se pueden utilizar porque no hay dinero para subvencionar las plazas, como ocurre ya con las de A Fonsagrada, Castroverde, Pol y Trabada.

Lugo en el Congreso
El Congreso se acordó de que existe una provincia en Galicia que se llama Lugo y que además tiene carreteras. Esta semana, a propuesta de En Marea, aprobó instar a Fomento a arreglar la N—120 entre Ferreira de Pantón y Penalba (Ourense), considerado el tramo más peligroso de Galicia, y por iniciativa del PSOE, mejorar la N—VI en O Corgo, la N—634 y la N—642. Tanto interés por Lugo no se produce todos los días.

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