Opinión

La mente en blanco

HACE AÑOS conocía a una señora que me quería mucho, como yo a ella. Era para mí como una tía, o como una segunda madre. Yo era amigo de sus diez hijos y aquella dama, que era una dama, me concedía en su casa privilegios, como el de aparecer a comer sin avisar. Uno de sus hijos era el que más tiempo pasaba en casa, encerrado en su habitación. Algunos días, cuando yo aparecía de visita, la madre decía: "está A. en su habitación dibujando estupideces". Lo decía con toda naturalidad, porque a su edad había comprendido que dibujar estupideces era una actividad como cualquier otra, aunque no reportara beneficio alguno y fuera una inutilidad, algo que sólo servía para perder el tiempo. Luego algo había de cierto. A. era un buen dibujante, o al menos a mí me gustaban sus dibujos, que tenían motivos y trazos particulares. Pero la madre no los entendía y le parecían estupideces. Entre los otros hijos e hijas había médicos, profesores, enfermeras, abogados o economistas. Y la madre me contaba de igual manera que una estaba de guardia, otro tenía una tutoría, a otra le habían cambiado el destino y A. dibujaba estupideces en su habitación. Hace años que no lo veo, pero espero que siga dedicando algún tiempo a dibujar estupideces.

Durante los últimos meses he descubierto que soy capaz de permanecer durante al menos una hora sentado en un banco sin hacer absolutamente nada. Me lío un pitillo, pongo la mente en blanco y dejo que la vida transcurra a mi alrededor sin intervenir en ella. Y porque en mi barrio no están haciendo ninguna obra, que si estuvieran en ello podría pasar tardes enteras criticando a los albañiles. Perder el tiempo en cosas inútiles es la actividad más placentera que uno pueda descubrir. Pruébelo. Por algo los jubilados y los concejales se dedican a eso, a hacer cosas que no sirven para nada. Unos y otros comprenden que al final, lo mismo da. Hacer algo útil tampoco suele servir de gran cosa. Total, uno puede pasar 40 horas a la semana trabajando en una oficina o fabricando tornillos por dos duros y dedicar el resto del tiempo a ver a Gayoso en la tele. Entre eso y sentarse en un banco a no hacer nada, mejor sentarse en un banco. O dibujar estupideces.

Rajoy puso la mente en blanco cuando usted no había ni nacido y ahí lo tiene. ¿Llegó usted a presidir España? Rajoy sí

Mire usted a su alrededor. Gente que cobra un dineral para resolver asuntos importantísimos pasa las horas realizando labores totalmente improductivas, o lo que es peor, estropeándolo todo. Para hundir un banco sobra gente, pero si usted se sienta en la calle a no hacer nada, el inútil es usted. Diría más: aquellos que dedican su tiempo a hacer cosas supuestamente útiles son los que arruinan las vidas de los demás. Una persona que pasa las horas sentada en un banco sin hacer nada jamás montará una burbuja inmobiliaria ni diseñará un proyecto para vender preferentes. Esas cosas las hace la gente que pone la mente a trabajar. Fíjese en Catalunya, por ejemplo, con lo que está pasando.

Catalanes y españoles nos hemos gastado fortunas en alimentar durante todos estos años a un montón de personas cuya responsabilidad era que todo fuera bien. ¿No hubiera sido mejor sentar a toda esa gente en una plaza a poner la mente en blanco? o mire usted a Rajoy. Lleva toda la vida poniendo la mente en blanco y le va divinamente. Rajoy puso la mente en blanco cuando usted no había ni nacido y ahí lo tiene. ¿Llegó usted a presidir España? Pues Rajoy sí. Mientras usted perdía el tiempo haciendo cosas útiles, él se sentaba en un banco a ver la vida pasar y así lleva ganadas tres elecciones. Haga memoria. ¿Ha visto usted alguna vez a Rajoy pensando? Pues eso. Pensando no se llega a nada.

La vagancia está infravalorada. Los vagos son maltratados e incomprendidos porque pensamos que son improductivos. Y lo son, tampoco venga usted a negarlo, pero el problema no lo tienen ellos, sino una sociedad empeñada en que la productividad es una meta. La productividad y la competitividad. Hay que producir y competir, porque los finlandeses producen y compiten y tienen trabajo y buenos sueldos, no son vagos que se pasen las horas dibujando estupideces o poniendo la mente en blanco. Aquí hay dos modelos: el finlandés y el bolivariano, y ambos exigen trabajar mucho.

Pues no. Yo propongo una sociedad en la que poner la mente en blanco sea un valor. Imagínese a todo el mundo sentado en las plazas poniendo la mente en blanco. No habría problemas ni nadie se metería con usted y desaparecería el yihadismo. Sería una vida libre de conflictos. Haga la prueba. Siéntese en un banco o en una terraza, ponga la mente en blanco, sin reflexionar ni hacer tonterías y verá cómo no sale a la calle a atropellar peatones.

Llevo toda la página divagando porque no tengo ni la menor idea de a dónde pretendía llegar con esto y se nota.

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