Opinión

Esas frases de las hijas de Isabel Preysler a las que no puedes dar crédito

LA SEMANA pasada fue Ana Boyer, la hija pequeña de la Preysler, la que acaparó toda la atención de la revista de cabecera de millonarios, aristócratas y famosos, anunciando que se casaba con el tenista guapo. Mientras que esta semana es el exmarido de su madre, el Marqués de Griñón, el que llena las páginas centrales de la revista con las mejores fotos de su boda con la joven Esther Doña, donde el marqués lucía como un novio ilusionado, según palabras del cronista. Palabras que me atrevo a poner en duda, porque a la tercera boda digo yo que no se va tan emocionado... Para quién se pregunte, quién es el Marqués de Griñón, pues nada más ni nada menos que el padre de Támara Falcó, para mí la hija más simpática de la Preysler.

Támara es esa niña pija y bien educada, que siempre contesta con una sonrisa, aunque las preguntas vayan a degüello y es que a la Preysler si algo hay que reconocerle es que sus hijos además de guapos y pijos están perfectamente educados, nunca les verás malas caras, ni les oirás malas palabras, ya quisieran otras.

Tres son las hijas de Isabel y cada una tiene sus momentos. Y desde mi humilde opinión, las tres necesitarían una masterclass de Lexicografía


Llamadme petarda, pero a veces cuando tienes la revista Hola entre las manos descubres un nuevo mundo. En el que las hijas de Isabel Preysler nos regalan declaraciones surrealistas. Tres son las hijas de Isabel y cada una tiene sus momentos. Y desde mi humilde opinión, las tres necesitarían una masterclass de Lexicografía, y es que cada vez que abres esta revista y lees lo que te cuentan te quedas confusa. Esto ya ocurría con Chaveli y sus absurdas entrevistas en los años 90. Después llegó Támara y con ella la revolución. Ella fue la primera famosa que declaró su amor por Dios a los cuatro vientos. Eso sí con frases como esta: "Por ahora ni Dios quiere casarse conmigo", cuando le preguntaban si tenía pensado meterse a monja. En fin, no se puede ser más total. 

La semana pasada descubrimos que Ana, su hermana pequeña, a la que todos describen como la lista de la familia, tiene el mismo don para la palabra. Ella se va a casar en una boda anunciada en el Hola a bombo y platillo, casi seis hojas de reportaje, y en ese reportaje nos dice que quieren una boda íntima. ¿Perdona? Me estás diciendo que quieres una boda íntima y lo anuncias en el Hola. Está claro que Ana Boyer Preysler no tiene muy claro el significado de la palabra íntima.

Y esta semana es Tamara, la que vuelve con unos kilos menos, contándonos su estancia en una clínica detox en Marbella, justificando la ausencia en la boda de su padre y contándonos que la novia de su padre "lo ha captado bien", no sabemos si le ha traicionado el subconsciente y quería decir que lo ha "capturado bien". O más bien lo que nos quería explicar es que la flamante mujer de su padre lo ha entendido o comprendido. No sé, pero a mí no me suena nada bien eso de que ella lo ha captado, más bien habrá captado el mensaje de su padre, ¿no? Bueno, ya sabéis que a veces interpretar las palabras de Tamara Falcó supone todo un reto.

Comentarios