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Un peldaño más arriba

El problema con la Illa Pancha en Ribadeo cambia de escenario y enfila los tribunales

LLEGADOS A este punto con la utilización hotelera del faro de Illa Pancha hubo dos envites. El inicial de Por Nuestro Faro y el del Concello. A partir de ahora hay que mover piezas a otro nivel y ya no quedan huecos para declaraciones más o menos altisonantes de ninguna parte. Los movimientos que haga cada cual han de pasar al plano jurídico porque con el cierre del local las otras vías están prácticamente agotadas. De un lado está lo obvio: a la empresa concesionaria. A Eirobra A Mariña S.L. se le fastidiaron las reservas que pudiera tener para el 17 de mayo y alguna más. No hay puentes a la vista y falta un tiempo prudencial para mediados de junio, así que los daños por el parón sobrevenido podrían ser asumibles. El problema es que al parecer las condiciones que le pone el Ayuntamiento para reabrir las califica de "caprichosas" cuando no directamente de "inasumibles". De momento presentó algunos recursos, ya se verá si esos calificativos son exactamente así o admiten algunos matices con los que salir del paso y poder continuar trabajando. De momento, consiguieron hacer virar el modus operandi municipal, que no quiere mojarse y es seguro que no lo va a hacer.

Y es que la posición del Concello es otro de los actores de esta tragedia. Comenzó poniéndose de perfil y aprobando todo lo que le venía ya cocinado de arriba hasta que el informe del Defensor del Pueblo les puso la mosca detrás de la oreja y aunque no lo van a reconocer públicamente, es muy probable que ante las categóricas afirmaciones de dicho organismo decidiesen revisarlo todo. Algo encontraron como para tomar una decisión tan apabullante como clausurar un establecimiento ya en marcha.

Al menos tomaron una postura clara y contundente y todo parece indicar que no la van a variar porque tal y como está la cosa con el mundo judicial, ni los técnicos ni los políticos locales se quieren coger los dedos. No se la jugarán por defender a la empresa concesionaria ni a la Autoridad Portuaria y si la primera quiere seguir ahí va a tener que poner las cosas tal y como se las piden.

Otro factor trascendental es el grupo vecinal que agitó el avispero, Por Nuestro Faro. La labor de estos colectivos vecinales es impagable. Un movimiento articulado desde Adega aunque nunca llegó a definirse a nivel local consiguió revertir una licencia ya concedida a nivel autonómico y municipal y parar la piscifactoría de Acuinor en Rinlo. Eso sí, hay que recordar que a diferencia de lo sucedido en la Illa Pancha, allí se jugaron el tipo: se pusieron literalmente bajo las excavadoras y además tuvieron a su alcance medios jurídicos de los que Por Nuestro Faro no dispone. Sin la oposición contundente y conjunta en el terreno y en los juzgados nunca habrían logrado su objetivo. Irónicamente, sí que lo logró el empresario, el primo del ministro Álvarez-Cascos, al que por poco que le acabe pagando la Xunta como indemnización será todo ganancia, porque compró los terrenos a 1 euro el metro cuadrado. Es decir, que se los regalaron, no invirtió un chavo y a día de hoy hay serias dudas de si realmente quería o no construir la dichosa piscifactoría o solo sacar adelante esta maniobra especulativa.

A Por Nuestro Faro, aunque no se le haya reconocido, hay que apuntarle el tanto de la decisión del alcalde de pararle la actividad a Eirobra. Es una primera victoria en su haber de la que deberían sentirse más orgullosos de lo que en apariencia están. Les queda un largo camino y llegados a este punto va a ser complicado que lo puedan seguir transitando como hasta ahora, a base de notas, reuniones y recogidas de firmas. Tal y como están las cosas ya es casi seguro que la siguiente batalla se va a librar en los tribunales. No se sabe si en un contencioso-administrativo o por vía penal, pero todo indica que por ahí van a ir los tiros.

Y queda para el final el papel más alucinante de todos hasta el momento, el de la Autoridad Portuaria. A día de hoy se permitió pasar totalmente por alto un informe demoledor del Defensor del Pueblo, de los escritos del colectivo vecinal y al menos de dos requerimientos del Ayuntamiento de Ribadeo para que abra la boca y diga qué hay que hacer. Y eso que es el ente titular del islote.

Es probable que sus responsables opten por la vía de dejar pasar el tiempo y ver si carga el Concello con el mochuelo. Bueno, es una estrategia. Sin estar en las tripas del sistema es complicado descifrar los entresijos administrativos y jurídicos de un tema tan complejo para los profanos en derecho administrativo, pero el viraje de los hechos parece indicar que eso se dilucidará en un tribunal. Ya se verá en cuál. El choque judicial se antoja inevitable. Entonces se verá quién tiene todos los papeles en regla.



EL GUSTO

LA MUJER de la semana pasada en Ribadeo fue sin ninguna duda Leticia Fernández, la responsable de la administración de lotería local en la que se expidió un boleto de la Bonoloto que se va a cambiar por algo más de 1,8 millones de euros. Toda una pequeña fortuna que, a falta de saber a quién le corresponde, solo cabe esperar que sea para alguien necesitado al que se le hayan acabado las estrecheces. Entretanto, Leticia Fernández puede saborear la circunstancia de haber dado su mayor premio. Por cierto al día siguiente Nemesio, del Cantón Bar, le largó 6.000 euros a alguien. Enhorabuena a todos.


EL DISGUSTO

CUENTA LEOPOLDO Erice, el organizador del Festival Internacional de Música Clásica de Ribadeo (FIMCR), que a cada año que pasa nota que tiene más y más problemas económicos para sacar adelante la organización de este evento. Es una pena porque por la villa ribadense pasaron intérpretes de primera categoría a lo largo de los doce años de existencia de este festival. El año pasado se acercó el Cuarteto Quiroga y este año será otro cuarteto, el Penderecki String Quartet, que hará una propuesta diferente pero de calidad indiscutible. Sería importante que no se perdiera una oferta cultural como esta.

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