Opinión

Por el buen camino

El turismo se consolida como una más que importante fuente de riqueza económica

ESTOY DE VUELTA. Han sido dos meses sin mantener contacto con ustedes para comentar la actualidad a través de esta tan particular periscopio. El verano, las vacaciones, han motivado mi ausencia. He aprovechado, como es lógico, para descansar, pasear, darme unos baños de mar y, como no, disfrutar de la gastronomía que hay en otras partes de España. También he podido comprobar cómo está el sector turístico, tanto en Galicia como en otros lugares, como la distante isla de Tenerife, lugar en el que todos los que tienen negocios relacionados con el turismo han vuelto a sonreir. Atrás quedan aquellos años en los que se había perdido pujanza. Los hoteles se han llenado de nuevo gracias, comentan los lugareños, a la inestabilidad política y la falta de seguridad en países emergentes desde el punto de vista turístico a los que acudían en masa británicos, franceses y alemanes.

No solo se ha llenado de gente Tenerife y el resto de las Islas Afortunadas, sino también toda la costa mediterránea, zonas en las que los extranjeros buscan sol y playa. Es una oferta sencilla que da resultados, como lo demuestra el hecho de que en un solo mes, el de julio, se hayan recibido nada más y nada menos que 10,5 millones de ciudadanos extranjeros.

Se trata de una cifra espectacular, un récord con respecto al pasado año y a los anteriores que supone que en el país se quede una gran cantidad de dinero. Semanas atrás cuando el presidente del Gobierno Central, Mariano Rajoy, estuvo en Chantada con motivo de los actos de celebración del 40 aniversario del grupo hotelero Hotusa que comanda el chantadés Amancio López Seijas, se puso de manifiesto la importancia del sector turístico para la economía nacional, ya que aporta el 11% del Producto Interior Bruto (PIB) y genera 2,5 millones de empleos. Sí, es la gallina de los huevos de oro, pero hay que cuidarla y, sobre todo, estudiar fórmulas que permitan, sino crecer, mantener tales números.

Sol y playa está bien, pero puede darse el caso de que aquellos países inseguros de los que se han ido los turistas extranjeros para recalar en nuestro país recuperen más pronto que tarde la estabilidad y vuelvan a arrebatarle con precios más bajos visitantes a España.

Es el momento de pensar, además de seguir manteniendo una excelente calidad de los servicios, en estrategias, en ofertas combinadas para hacer este destino el más apetecible de todos los posibles.

El hotelero Amancio López Seijas no dudó en señalar en su Chantada natal que el turismo en España vive un momento realmente bueno gracias a la seguridad, la sanidad, las infraestructuras, el estilo de vida, la cultura y las tradiciones, pero también habló de amenazas y de que el futuro «depende de nosotros. Hay que estar en un proceso de investigación permanente, de reflexión y de acción, para ser competitivos», aseguró quien sabe muy bien de lo que habla, una persona que de la nada creo uno de los más importantes grupos hoteleros mundiales.

También habló de la innovación, imaginarse escenarios nuevos, para evolucionar.

Y en eso están muchos. Los más cercanos los tenemos aquí, en la Ribeira Sacra, donde no se para de diseñar ofertas que hagan este lugar atractivo. Lo hemos notado tanto en julio como en agosto. Han sido cientos y cientos las personas que nos han visitado.

Los números están ahí. Más de 40.000 visitantes recorrieron los ríos Miño y Sil en los catamaranes turísticos entre los meses de abril y agosto. Los viajes en globo aerostático organizados por el consorcio de turismo se han llenado y hasta hubo lista de espera. Las visitas guiadas a las iglesias románicas de la zona han aumentado y los hosteleros han mostrado su gran satisfacción con los resultados obtenidos durante este verano.

Vamos por el buen camino.

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