"Yo pude ser melón y me quedé en calabaza"

Día Mundial dos Pais
Exercendo de pai
photo_camera Exercendo de pai

Mis padres eran maestros. Mi madre daba clase en la escuela pública de Friol y él, en la de Vilafiz. Mi infancia en ese ambiente rural fue tranquila y gozosa. Éramos seis hermanos y todos tenían inclinación al estudio, por lo que había variedad de niveles y capacidades de conversación. Era frecuente vernos a cada uno con un libro en la mano, ya fuera didáctico o de entretenimiento literario. Fui a clases a la escuela de mi madre, que para mí era una prolongación del hogar.

Amparo Bóveda / Friol

Eu fun o primeiro de once irmáns, sete homes e catro mulleres. Cando veu o que me seguiu e outros tres máis, sucedéndose de trece en trece meses, xa eu era, naturalmente, maior ca eles. A casa polas noites reflectía nese tempo, unha mestura de luz de carburo e luz de vela. Viviamos unha vida acomodada. Meus pais dicíanme que debía darme présa en aprender a ler e escribir. Pensaban que para saber todo o que non se acada ollar desde o analfabetismo, había que o procurar nos libros, nas revistas e nos xornais.

Francisco Fernández del Riego / Vilanova de Lourenzá

Mi tía Amadora es la única que queda de la generación de mis padres y mis tíos. Mis padres murieron, y en Francia queda aún alguno de mis tíos, pero en España solo vive ella. Pero es que, además, como nosotros éramos una familia de 12 hermanos, ella nos ayudó mucho, de modo que, en realidad, nosotros tuvimos dos madres: la nuestra y la tía Amadora, a la que todos respetamos y queremos como tal.

Manuel Fraga Iribarne / Vilalba

En febrero del 41 ó del 42, en la fiesta de las Candelas, conoció a mi madre en el cercano pueblo de Becerreá durante una merienda a la que fue invitado como fuerza viva en casa de tío Ramón, que era uno de los caciques de la montaña luguesa. Parece que hubo flechazo en cuanto se vieron los dos. Mi madre estaba allí de vacaciones, enviada por la abuela María la Buena para sacarla del pueblo donde la pretendía un señorito que tenía en su contra el ser hijo de divorciados durante la República, lo que lo convertía en casi un demonio. Durante los meses que duró el noviazgo, contaba mi madre que su pretendiente recorría a diario los diez kilómetros que separaban ambos pueblos (As Nogais y Becerreá), caminando a través del monte sin importarle lluvia o solanera, barro en el camino o el riesgo de ser asaltado por un maquis.

Carlos Varela Prieto / As Nogais

Ser hijo único no me dio ningún privilegio. Al contrario, mis padres me exigieron muchísimo. La falta de un hermano, además, me proporcionó una soledad especial que palié con la amistad de los chicos del pueblo. También me hizo un poco tímido y un poco introvertido.

Vicente Quiroga / Quiroga

Meu pai era mestre nacional, fillo de campesiños acomodados, dentro do que por aqueles tempos se consideraba acomodado na Galicia rural. Miña nai tiña a mesma procedencia social, e podo dicir que os meus proxenitores crearon un fogar de dez fillos, a metade dedicados á docencia, a metade á agricultura para poder subsistir naquela terrible miseria económica do Maxisterio na posguerra.

Xesús Baamonde González / Miraz / Vilalba

Entre os rapaces, con frecuencia, e entre os maiores con menos frecuencia, cando se producían debouras con algún da nosa familia, sempre nos zafrañaban con estas afirmacións: «Eres dos de Baixo, eres da raza dos de Baixo, eres da caste dos de Baixo», o que, na linguaxe común daquela parroquia, e aínda das parroquias veciñas, quería dicir: es dunha familia de raros, de atolados.

Ramón Piñeiro / Láncara

Desde Gerbolés a la iglesia de Luaces hay menos distancia que a la iglesia de Cirio, a la que pertenece Gerbolés como parroquia, por esa razón, mis padres y primos (Paraxes y Xexín), tenían y tienen, una sepultura familiar en el cementerio de Luaces, al lado de la iglesia. La convivencia entre los pueblos de alrededor era buena... pues todos teníamos parientes en todos esos pueblos.

José Antonio / Pol

Éramos ocho hermanos. Tres se fueron a Buenos Aires y ya debieron de morir, porque no escriben. Nunca fui a Buenos Aires y eso que había mucha familia, pero no había dinero para el pasaje.

Emilia Martínez Grela / Lugo

Pasámolo moi mal. Mesmo fame, non me dá vergoña dicilo. Había veces en que para darlles de comer a todos (20 fillos) tiñamos que deixar de comer nós. Eu teño pasado vintecatro horas sen probar bocado. Nestor (o marido) axudaba cos nenos. Ai! Que remedio lle quedaba! El daba para todo: para lavar, para facer de comer, de todo... Aínda hoxe me olvido dos nomes dalgúns. Todos os meus fillos se desenvolven na vida.

Concepción Vázquez / Sarria

Mi abuela decía algo que repetía mi padre: «Todos mis ascendientes héroes fueron, yo pude ser melón y me quedé en calabaza». Pongamos los pies en el suelo, que venir de alta cuna o de humilde familia no quita ni pone nada más y nada menos que conocer tu propia historia, para bien o para mal y sacar tus conclusiones. Hablando de Chantada, origen de mi rama familiar paterna que tengo documentada desde mediados del siglo XVIII, puedo decir que mis abuelos, bisabuelos y tatarabuelos eran de esa comarca oriundos, que entre ellos hubo desde un capitán de Cabreiros que luchó en la guerra de Filipinas, hasta un beato, fray Juan Varela, al que dedicaré mis mejores esfuerzos para que la Santa Sede lo reconozca como santo. De todo hubo en aquella familia, un actuario, hoy sería notario, un relojero, y por supuesto ebanistas, artistas de primera categoría que dejaron su impronta en retablos de iglesias, y mobiliario de pazos, y casas solariegas desde Chantada a Escairón.

José María López Bourio / Chantada

Procedo dunha familia de militares profesionais de rasa graduación, pertencentes ao Corpo de Carabineiros, arma destinada á vixilancia de Costas e Fronteiras. Meu pai, Daniel Cortezón Rodas, nado en Baracaldo, pero oriúndo de Cavia (Burgos) quedou orfo moi novo, e foi internado na Escola de Orfos de Carabineiros do Escorial ata a maioría de idade, en que foi destinado a Comandancia de Ribadeo. Alí coñeceu a filla doutro carabineiro destinado nas Figueiras (Asturias). Casou con ela e xa con dereito a galóns de cabo foi destinado á Comandancia. Liña da Concepción e Alxeciras, fronteira con Gibraltar. Alí estabamos no tempo de proclamación da República, en 1931. Un novo e solicitado destino trasladounos a Luarca (Asturias), onde nos sorprendeu a Revolución de Outono de 1934; e máis, outro destino levounos despois a Luanco, onde estabamos cando estalou a cruzada nacional-católica de 1936.

Daniel Cortezón / Ribadeo

Cuando a mis padres les hablé de la posibilidad de estudiar periodismo, me dijeron que «nanay». Yo creo que ni sabían lo que era. Es curioso que mi hermano empezó exactamente igual que yo, aunque él tuvo más suerte en lo que se refiere a la actitud de mis padres. Yo le ayudé bastante a conseguir su permiso y creo que mi frustración la compensé con él, que además vivió conmigo en Madrid en su primera etapa allí. Cuando nació fui el encargado de ir a buscar a la partera que vivía en un pueblo de al lado.

José Ramón Ónega / Mosteiro

Comentarios