Una larga trayectoria

Adiós a la voz cazallera de la movida madrileña

Manolo Tena falleció este lunes a los 64 años a consecuencia de un cáncer de hígado que le fue diagnosticado en diciembre. El cantautor, que en solitario tuvo éxitos como 'Tocar madera' o 'Sangre española', compuso también canciones para artistas como Miguel Ríos, Luz Casal, Los Secretos o Siniestro Total. Había reaparecido recientemente tras superar un calvario con las drogas y en las últimas semanas participó en el programa 'A mi manera', de La Sexta
Manolo Tena, en una imagen de 1998
photo_camera Manolo Tena, en una imagen de 1998

La música española pierde a una de sus voces más características y a un icono de la movida de los ochenta. El cantautor Manolo Tena ha fallecido este lunes a los 64 años en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid a consecuencia de un cáncer de hígado que le diagnosticaron el pasado mes de diciembre.

El autor de canciones como Tocar madera, Frío o Sangre española y miembro de grupos de los años ochenta como Cucharada y Alarma, estaba ingresado desde hace casi dos semanas en el centro hospitalario donde ha fallecido.

La capilla ardiente de Manolo Tena, nacido el 21 de diciembre de 1951 en Benquerencia de la Serena (Badajoz), quedará instalada en la sede de la SGAE, según fuentes de la junta directiva de la sociedad de autores.

Después de siete años de silencio creativo transcurridos desde Canciones nuevas (2008), el pasado mes de septiembre Manolo Tena publicó un nuevo álbum, Casualidades (DeTena Producciones), y un documental sobre su vida.

Además de estos trabajos, el músico ha participado recientemente en el programa televisivo A mi manera que se estrenó el pasado 2 de febrero en La Sexta, junto con Marta Sánchez, Mikel Erentxun, Sole Giménez, David DeMaría, Antonio Carmona y Nacho García Vega.

En una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su último álbum, Manolo Tena afirmaba que se encontraba "en recuperación" y "loco por vivir" tras dejar atrás un largo calvario con las drogas.


De hecho, en 2010, en plena travesía por el desierto, protagonizara un esperpéntico concierto en Cee (A Coruña) en el que se olvidaba de las letras de sus propias canciones y los músicos apenas podían seguir su ritmo. El Ayuntamiento incluso quiso denunciarlo por incumplimiento de contrato.

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