La junta consultiva de la reserva nacional de caza de Os Ancares se reunió ayer en Cervantes para concretar el proyecto de gestión para el período 2017-2022. Tras analizar la situación de las distintas especies, acordaron permitir la caza de rebeco, jabalí y perdiz roja, siempre previa autorización y con las restricciones previstas tanto de cuota anual como de modalidad o piezas por permiso.
El resto de especies que habitan el territorio de la reserva estarán vedadas. No obstante, en casos excepcionales, los responsables de la gestión del espacio podrán autorizar batidas de lobo o de zorro. Este supuesto queda limitado al caso de que los depredadores causen daños importantes y reiterados en otras especies o en la cabaña ganadera.
En la junta consultiva de la reserva de caza de Os Ancares están representados la Xunta, la Diputación, el Concello de Cervantes (donde se ubica la reserva), los propietarios de montes, la Federación de Caza, organizaciones ecologistas, la Universidade de Santiago y la de Vigo.
En el encuentro de ayer se propuso también, para aumentar la población de especies cinegéticas, soltar cabras montesas y rebecos, procedentes de cercados que la Xunta tiene en el parque natural de O Invernadoiro.
Se impulsará también la cría de perdices, para lo cual está previsto sembrar cereal adecuado para su alimentación. A esta actuación la Xunta destinará 19.360 euros.
Se realizarán también trabajos de roza, de recuperación de vegetación autóctona y de conservación de alvarizas.
La reserva de caza de Os Ancares comprende 7.792 hectáreas del municipio de Cervantes, en las parroquias de Donís, Cereixedo, Noceda y Vilarello. De esta extensión, 1.288 hectáreas forman parte de una finca de la Xunta.
Según los últimos datos, en este territorio hay 416 rebecos, 216 jabalíes y 47 bandadas de perdiz roja, con una media de 4,7 ejemplares cada una.
La Xunta prevé para este ejercicio una inversión de 56.300 euros en repoblación y conservación en la reserva de caza de Os Ancares.
