La cal esconde nuevas pinturas en la iglesia de Cancelo de Triacastela

Comienza la restauración, financiada por la Xunta, de parte del mural del siglo XVI ante el riesgo de sufrir desprendimientos
Pinturas que son restauradas en el ábside de la iglesia de Cancelo
photo_camera Pinturas que son restauradas en el ábside de la iglesia de Cancelo

La iglesia de la parroquia de Cancelo, en el municipio de Triacastela, cuenta con pinturas del siglo XVI en el ábside y la bóveda. El mural podría continuar por la nave del templo, ya que presenta restos de policromía bajo la cal.

Detrás de uno de los retablos, de origen barroco y situado en la nave de la iglesia, se vislumbran algunos motivos y fueron hallados otros restos ante un desprendimiento de cal junto a la sacristía. "Desde Patrimonio, Cultura e arqueólogos dixeron que case seguro todo sexa unha pintura. É como un pequeño museo", apuntó el sacerdote, Emilio Coego.

La cal era utilizada habitualmente como profiláctico, para combatir la peste, o para cubrir las paredes por su mal estado. Esta sustancia protege las pinturas en cierta medida, apuntó la restauradora María Dolores Lago Arce, quien desde hace dos semanas trabaja en la rehabilitación de parte del mural de la iglesia junto a María Isabel Vázquez Rodríguez.

La actuación es financiada por la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria con cerca de 11.000 euros. Esta intervención "de urgencia" trata de frenar la pérdida de policromía en el muro norte del ábside, señaló María Dolores Lago. Según explicó, las labores consisten en dar mortero en zonas que corren peligro de desprenderse. Una vez consolidado se eliminan con un bisturí las sales insolubles que se producen a causa de las filtraciones de agua.

La rehabilitación afecta al muro norte del ábside del templo, que representa la Última Cena y un sepulcro 



Tras un estudio, los especialistas se decantaron por actuar en este muro por ser el que en peor estado se encontraba y al estar "todo muy desprendido". "Se le dio más prioridad por estar en peligro", afirmó.

También trabajan en la restauración del frontal del altar, que presenta graves desperfectos, pues perdió piezas, tiene grietas y sufrió el ataque de xilófagos. Esta pieza, de madera de castaño, presenta una inscripción. La actuación supondrá una limpieza, dar colas y fijar la policromía, entre otras labores.

Las pinturas en las que actúan representan la Última Cena y un sepulcro de un miembro de la familia Quiroga. En este último apenas se distingue ya la cara, pero sí se percibe el cuerpo y las manos sujetando una espada. También se encuentra el escudo de la familia y un león a los pies del fallecido. El motivo se completa con una inscripción, pero algunas palabras apenas se pueden leer.

Las especialistas también trabajan en el frontal del altar, que sufre graves desperfectos



Las pinturas continúan por todo el ábside, la bóveda y detrás del retablo mayor, el cual también es renacentista. Según señaló la especialista, en Galicia no se encuentran muchos de este estilo, pues proliferan del barroco.

Estos motivos representan varios pasajes de la Pasión de Cristo, como la entrada en Jerusalén o la oración en el huerto. Por su parte, en la bóveda se ubican los cuatro evangelistas. Los dibujos se encuentran en mal estado por las humedades y el paso del tiempo, pero también están afectados en algunas zonas por el uso de velas. Estas mancharon las policromías y dejaron superficies grasas.

Las pinturas del templo presentan una paleta de colores muy corta, lo que es lo habitual en el siglo XVI, aseguró María Dolores Lago. "Tenemos blanco, negro, siena tostado y ocre amarillo. Después hay varias mezclas a partir de estos colores", aclaró.

Las restauradoras, que finalizarán los trabajos este mes o en noviembre, analizan también un fragmento de policromía para conocer sus componentes o las sales que presentan.

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