Concello: Festejo "lucido" y concurrido

San Froilán se cierra a lo grande con miles de personas en las calles

Los hosteleros valoran la afluencia de este año y citan la mañana de este jueves como la más concurrida junto a la del Domingo das Mozas ► Aunque los barraquistas creen que perjudicó, el tiempo fue la clave de estas patronales, marcadas por una intensa vigilancia policial

Un día redondo, o al menos una mañana redonda, puso fin al San Froilán, con miles de personas en las calles del centro desde los vinos hasta Bispo Aguirre y verdaderos abarrotes en algunos puntos. La jornada hizo justicia a la tónica de estas fiestas, de las que los hosteleros valoraron la afluencia y pusieron con facilidad a la altura de las de años anteriores.

"Doulles un aprobado alto. Hoxe [por este jueves] hobou moitísima xente e moi bo ambiente. Foi o mellor día, polo menos de mañá", aseguró Manuel López Río, que reconoce aquello en lo que casi todos los implicados en las fiestas coinciden: el buen tiempo fue clave.

"El tiempo es importantísimo, nadie quiere hacer cola para comer si está lloviendo", apunta Ana Núñez, de Torre de Núñez, que explica que, además, favorece los planes de última hora. "He oído a mucha gente comentar que estaba por la mañana en otro sitio, por ejemplo A Coruña, y que como hacía tan buen día se cogió el coche para venir al San Froilán". Para ella, este jueves y el Domingo das Mozas fueron los mejores días, citas muy familiares que sacan a la gente a comer fuera.

Para otros, el mejor día fue el mismo de siempre: el sábado anterior al Domingo das Mozas. "Es un día que siempre es bueno, hay gente al mediodía y hay gente por la noche", dice Daniel Romay, de Taberna Daniel, que explica que es el tiempo agradable el que favorece que la gente se mueva y acuda a uno y otro bar. También él aprecia la afluencia de este año.

El ánimo general en barracas del ferial es que la caja que han hecho hasta ahora ha sido peor que la del año pasado

Un testigo que juzgara las fiestas por este jueves, pensaría que fueron sin duda un éxito. Bares llenos, terrazas con gente esperando de pie para hacerse con un hueco y colas que asomaban no solo en las casetas, también de las puertas de las pastelerías, donde los que celebraban el Pilar en casa pasaban por el preceptivo rito de comprar pasteles.

Sin embargo, hubo quien tuvo una perspectiva muy diferente. El ánimo general en barracas del ferial es que la caja que han hecho hasta ahora ha sido peor que la del año pasado. Las calles de Lugo están llenas, pero la gente se rasca menos el bolsillo, ya sea por el calor o la crisis. Ainhoa le echa la culpa directamente al tiempo. "El calor se nota en el estado de ánimo", explica la vendedora de productos de cuero y ropa. Siente que hay más "alegría" en la gente por la recuperación económica, pero no lo nota en los compradores de Lugo. "Demasiado calor", coincide Vicente de La Pesca de Patitos Javana que reconoce que el año anterior fue "mucho mejor".

Lucía, una vendedora, tiene claro que el precio del alquiler de la caseta le pasa factura. A eso se añade la limitación de no poder sacar sus productos fuera del espacio sin pagar. "A la gente le gusta tocar el género", algo que no puede en la situación actual, aclara.

López Río cree que la presencia de música en la zona de los vinos fue escasa

El negocio de las garrapiñadas está muy ligado al programa de las fiestas y este año los conciertos "han sido de lo peor", en opinión de Carlos Pereira, a lo que se suma el alquiler de 5.000 euros por la caseta. "Fatal", resume.

MÚSICA. Pocos son tan categóricos, pero alguno más reconoce carencias en la oferta musical. Aunque hubo charangas en el programa casi a diario, López Río cree que su presencia en la zona de los vinos fue escasa, cuando, a su juicio, pocas cosas animan más el ambiente que la música tradicional.

Aunque se potenció la presencia de grupos locales, un sector del público se quejó de la variedad y de la ausencia de un grupo con verdadero tirón entre los más jóvenes, aquellos que se estrenan saliendo de noche en las fiestas.

Sí se valoró la presencia policial, que se vio en todos los accesos al recinto ferial, tal y como quedó fijado en el protocolo preventivo que puso en marcha el Ayuntamiento. El tráfico y el aparcamiento fueron como siempre: denso en los días grandes y más liviano entre semana. Este jueves, los accesos a la ciudad estuvieron por la mañana llenos de conductores.

Comentarios