Un francés adquiere la Ferrería de Bogo en A Pontenova para musealizarla

El empreasario, que adquirió el inmueble por 300.000 euros, pretende habilitar un centro etnográfico de referencia en A Mariña y el Occidente que incluirá un museo del pan
Ferreiría de Bogo, en A Pontenova
photo_camera Ferreiría de Bogo, en A Pontenova

Un francés adquirió hace apenas tres meses la Ferrería de Bogo, un complejo hidráulico de molinos y forja que data del siglo XVI y que el Concello pontenovés trató de poner en valor, intentando comprárselo a sus legítimos propietarios. La inmobiliaria Aldeas Abandonadas, responsable de la venta, llegó a mostrársela a varios empresarios extranjeros: uno de los últimos, de origen árabe. El comprador, que se ha hecho finalmente con el lugar por más de 300.000 euros, proyecta convertirlo en un centro etnográfico de referencia en la comarca, que incluya un museo de interpretación del pan.

El propietario galo, que prefiere permanecer por el momento en el anonimato, está jubilado, pero entre una serie de negocios que han heredado sus hijos, figura precisamente una cadena de panaderías.

El empresario, que ya conoce España, donde ha entablado negocios anteriormente, buscaba algo muy concreto con la idea de crear un complejo etnográfico de referencia en la comarca de A Mariña y del Occidente de Asturias. Optó por el enclave de Bogo, a unos doce kilómetros de la urbe pontenovesa, frente a otra opción que barajó previamente, como es la de una central hidráulica ubicada a las afueras de Barreiros y que está bañada por el río Masma.

Lo que ocurre es que aquella finalmente no le interesó -de hecho, continúa a la venta por la misma inmobiliaria mencionada- dada su proximidad a la N-634. Prefería un lugar más recogido para su proyecto, como la vieja herrería pontenovesa, que se movía por la fuerza del agua del río Reigadas y que funcionó desde el año 1534 hasta finales del siglo XVIII, cuando un incendio detuvo su actividad.

La ferrería comprende un embalse, una cascada, el canal de alimentación, un molino artesanal, la fragua con un mazo, sus fuelles y una central eléctrica.

El empresario francés, que había estado en Galicia de vacaciones, también proyecta crear un museo en torno a este pasado de la forja y como en el entorno unos apartamentos para alojamiento de turismo rural, un merendero y un aparcamiento, también piensa darle un destino turístico, aunque no está definido cómo lo hará.

Su intención es la de tenerlo todo listo y abrirlo al público la próxima primavera o en verano, pero tal vez sea demasiado pronto, dadas las obras de restauración que hay que ejecutar.

Una vez abierto, el centro generaría varios puestos de trabajo. Todo ello satisface al equipo de gobierno local, que veía con preocupación que pudiera perderse este recurso patrimonial.

Por otro lado, falta por escriturar, aunque ya está reservada, la que estaba consideraba como la aldea abandonada en venta más barata de España, la de Pena Vella, en A Pontenova, que se comercializaba por unos 60.000 euros. Una empresa española se ha interesado por adquirirla. Otra población en ruínas de 50.000 metros cuadrados cercana a la villa ribadense, en Granda, fue adquirida por una economista madrileña y una pareja israelí se hizo con una casona en San Tirso, este año.

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