La fiesta de los mayores de Portomarín contó de nuevo con el alcalde de chef

Serrano cocinó callos para los más de 200 asistentes ►Colaboraron personal municipal y varios vecinos
Algunos de los asistentes a la comida de mayores de Portomarín.
photo_camera Algunos de los asistentes a la comida de mayores de Portomarín.

Portomarín vivió una animada fiesta de los mayores, con la presencia de más de 200 personas, en la que, por segundo año consecutivo, el alcalde ejerció de chef, al preparar callos para los asistentes. Esta cita lúdica, recuperada en el 2016 tras haberse suspendido por la crisis económica, se hizo coincidir de nuevo con la celebración de San Isidro, patrón de los agricultores y ganaderos, al seguir siendo ese sector uno de los principales motores económicos del municipio.

Este festejo arrancó en torno a la una del mediodía, con la celebración de una misa en la iglesia de San Xoán, en pleno centro de la localidad. A continuación, sobre las dos de la tarde, dio comienzo el acto principal del programa festivo, una comida de confraternidad que tuvo por escenario el pabellón municipal, ubicado también en la Praza Conde de Fenosa, a pocos metros del templo.

Las empresas que trabajan con el Concello y comercios locales donaron decenas de regalos para sortearlos entre los asistentes

El alcalde de Portomarín, Juan Serrano, no dudó en ponerse de nuevo al frente de los fogones —ya se animó en la anterior edición del festejo— para cocinar el plato fuerte del menú. Así, si el año pasado se decantó por hacer una gran paella, en esta edición optó por preparar unos callos, que resultaron del agrado de los comensales.


Según precisó el propio regidor, en la elaboración de este plato se emplearon alrededor de 25 kilos de garbanzos y en torno a 75 kilos de carne, entre otros ingredientes. Antes se sirvieron entrantes variados y empanada, y hubo tarta de postre. Al igual que el regidor, en este banquete también colaboraron en la organización, de forma altruista, trabajadores municipales y varios vecinos, tanto en la preparación de los platos como sirviéndolos en las mesas.

El gobierno local asumió parte de los gastos de este banquete, una factura que también ayudaron a sufragar los asistentes al mismo, al contribuir cada uno de ellos de forma simbólica con tres euros.

DECENAS DE REGALOS. Al término de la comida se sortearon entre los vecinos decenas de regalos. Donaron dichos obsequios tanto empresas que trabajan habitualmente con el Concello como comerciantes locales.

Como fin de fiesta en el pabellón municipal, tras ese sorteo de regalos arrancó un animado baile, con música en directo, que se prolongó hasta última hora de la tarde.

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