Las agresiones en Lugo costaron 404.517 euros al Sergas, que recuperó solo un 10 por ciento

La mayor parte de gasto sanitario para curar estas heridas lo asume la Seguridad Social, ya que para poder cobrar la factura es necesario que el agredido denuncie, que se localice al agresor y que este sea condenado por un juez
Pasillo de Urgencias del Hula
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La atención sanitaria a las agresiones en el área integrada de Lugo durante el año pasado costó al Servicio Galego de Saúde (Sergas) 404.517 euros, de los que se pudieron facturar casi 89.000 y recuperar 41.191 euros, apenas el 10% del total y el 46% de lo reclamado. En realidad, el gasto que implican la inmensa mayoría de las agresiones lo acaba asumiendo, tanto en el área lucense como en otras, la Seguridad Social. "Parte de las agresiones no son facturables porque no hay un tercero obligado al pago", puntualiza Gloria Belén Rodríguez Herbón, jefa del servicio de Facturación del área, en referencia al hecho de que, en muchísimas ocasiones, o no se sabe quién ha sido el agresor o no es denunciado o es imposible de localizar y el caso acaba siendo archivado.

Cuando se produce una agresión, si la persona agredida presenta denuncia después de recibir asistencia médica, el servicio de Facturación remite al juzgado una factura por el importe del gasto realizado en el hospital o PAC. De esa forma, si el juez decide condenar al agresor e incluir los gastos médicos en esa sanción, ya conoce a cuánto ascienden. El cálculo de la asistencia sanitaria se hace en función de las tarifas vigentes, que, en el caso del Sergas, corresponden a las publicadas en un decreto del 2014. Solo el coste de una asistencia en un servicio de Urgencias asciende a 256 euros, a lo que se suman después las pruebas diagnósticas y tratamientos sucesivos, cirugías si fueran necesarias y consultas posteriores.

La atención a víctimas de accidentes de tráfico ascendió el año pasado a 1,6 millones de euros y la de accidentes laborales, a 2,8

Sin embargo, si el agresor se declara insolvente, si no se le llega a localizar por parte de la Policía, si el agredido no es capaz de identificarlo, si no presenta una denuncia o si no es condenado judicialmente, la atención a la víctima la asume directamente la Seguridad Social. Cualquiera de los anteriores supuestos son habituales, razón por la que frecuentemente no se puede emitir factura alguna. De los casi 89.000 euros que sí se pudieron facturar, se cobró a lo largo del año pasado cerca de la mitad.

ACCIDENTES. De la misma forma, también se remiten facturas por la asistencia sanitaria de los accidentes de trabajo, de tráfico, escolares y deportivos a las compañías aseguradoras correspondientes. En este caso, los importes facturados y los cobrados se asemejan mucho más. Se emitieron facturas por 2,8 millones por la atención a víctimas de accidentes de trabajo y se cobraron 2,7; de 1,6 millones por la de accidentes de tráfico y se cobraron 1,4. Los deportivos se cobraron íntegros y, además, recuperando dinero de facturas emitidas en anteriores ejercicios. De hecho, a lo largo de 2016 se facturaron gastos por 177.497 euros y se ingresaron por ese concepto 204.697 euros al sumarle facturas atrasadas.

En el caso de los accidentes escolares, esa tendencia cambia. De los 135.556 euros que costó la atención a escolares que tuvieron algún accidente dentro del centro, se pudieron ingresar 49.831 euros.

Igualmente se reclama el gasto en la asistencia a pacientes extranjeros. En el caso de los pacientes europeos o de países con los que España tiene suscrito un convenio, los ingresos resultan sencillos, de forma que se suele recaudar todo. En el 2016, esos gastos médicos ascendieron a 929.404 euros y se recuperaron íntegros. Los ingresos resultan más complicados cuando se trata de personas originarias de países donde no existe esa clase de convenio, y el Sergas solo cobró la mitad de los 547.000 euros facturados.

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