Peregrinos que bailan a ritmo de swing

Unos 20 bailarines participaron en Sarria en la iniciativa Camino de Swingtiago, que estos días recorre localidades de la ruta jacobea
Los participantes en la Praza da Vila del primer Camino de Swingtiago
photo_camera Los participantes en la Praza da Vila del primer Camino de Swingtiago

La Praza da Vila se engalanó este domingo para recibir a los bailarines del Camino de Swingtiago, una iniciativa que, durante diez días, plantea detenerse en once localidades de la ruta jacobea para desarrollar clases abiertas de baile, talleres o clandestinos, como se le llama en el argot del baile a las coreografías improvisadas en plena calle.

El proyecto, organizado por la aragonesa Ana Pilar, reunió este domingo en la Praza da Vila a una veintena de espontáneos bailarines que aprendieron los pasos básicos del swing, además de otros estilos de bailes de la misma rama.

Durante dos horas, los lindy hoppers -el lindy hop es un estilo de baile que se popularizó en Nueva York en la década de los 20 del pasado siglo- aprendieron los pasos básicos de esta coreografía gracias a la colaboración de Lola, fundadora de la compañía lucense de danza teatro Nostrum Cai.

Esta profesora y bailarina es la delegada en Sarria de esta iniciativa artística, que arrancó en Pamplona el pasado martes, y que cuenta con la colaboración de las asociaciones o escuelas de danza de las localidades en las que se detienen.

Durante la mañana tuvo lugar la clase abierta de swing y, por la tarde, la banda de Sarria Por mí, Swing amenizó en directo el espectáculo Camino de Swingtiago, que reunió a una multitud de personas alrededor del pegadizo ritmo que ofrece este estilo de música jazz. "Nosotros lo que hacemos es que paramos y bailamos". Este es el perfecto resumen que hace la organizadora de la iniciativa, la aragonesa Ana Pilar.

"El hilo fundamental es el baile. En algunos lugares hacemos exhibiciones, en otros talleres y en otros coreografías. La esencia es bailar en la calle, lo que llamamos un clandestino. En algunos sitios hemos tenido la suerte, como es el caso de Sarria, de contar con una banda en directo y eso para nosotros es un subidón", reconoce Ana Pilar.

PAMPLONA. La iniciativa arrancó de manera oficial el martes pasado en Pamplona, tras un pase previo en Zaragoza, donde reside la organizadora. "En Pamplona reunimos a 200 personas, 70 bailando y el resto espectadores. Fue impresionante", reconoce Ana Pilar entusiasmada con la acogida que está teniendo en todos los lugares por los que pasa esta primera edición de este proyecto.

"Se me ocurrió un día, se lo dije a cuatro personas de escuelas de baile y pensé que me dirían que no, pero se apuntaron todos. Fue por abril, desde entonces se fue haciendo pelota poco a poco y hasta aquí", apunta.

El proyecto llegará a Santiago de Compostela el viernes, donde parará dos días, pero se detiene este lunes en Portomarín, este martes en Palas, el miércoles en Arzúa y el jueves en Pedrouzo. "La idea es hacer la ruta, parar en determinadas zonas y bailar. Que tenga sentido como experiencia de grupo y experiencia personal". Y todo, a buen ritmo.

Comentarios