Los grafitis llenan las fachadas de casas al río Cabe y el puente viejo

Los vecinos de la Rúa Hortas solicitan más control policial para impedir lo que consideran "gamberradas de fin de semana"
Una de las fachadas que da al río Cabe llena de grafitis
photo_camera Una de las fachadas que da al río Cabe llena de grafitis

Los vecinos de la Rúa Hortas han dado la voz de alarma ante el gran número de grafitis que de un tiempo a esta parte realizan personas desconocidas, principalmente los fines de semana y durante las noches, en la fachadas traseras de sus viviendas, las que dan al paseo fluvial del Cabe entre el puente nuevo y el medieval. Ese último también ha sufrido la acción de los gamberros, que han escrito sus nombres y apodos en varios sillares de uno de los arcos del viaducto, catalogado como Bien de Interés Cultural.

El vecindario considera que se trata de jóvenes que hacen el llamado botellón en el paseo y que se "divierten haciendo el mal. Pintan cosas sin sentido y hasta arrancan los adoquines del suelo para lanzarlos al río o empotrarlos contra las casas". De hecho los responsables de la sociedad recreativa Círculo Saviñao, una de las más afectadas por los grafiteros, denunciaron días atrás que estamparon una piedra contra una puerta de las instalaciones, rompiendo un cristal.

Todos claman por un mayor control policial en esta zona de la ciudad, pues además de provocar desperfectos en sus propiedades "afean un área del centro de la ciudad que es muy transitada, sobre todo por la cada vez mayor cantidad de turistas que nos visitan", indicó uno de los afectados.

Esta misma persona, que se pronunció como portavoz de los vecinos de la Rúa Hortas, señaló que a los agentes de policía, bien sean de la Nacional o de la Local, no les resultaría "nada difícil realizar controles" en un espacio en el que todos los domingos por la mañana se pueden ver los restos del botellón acumulados en diferentes puntos de este tramo del paseo fluvial.

El problema, añaden los residentes en esta calle monfortina, no es nuevo. Aseguran que se prolonga demasiado en el tiempo "sin que nadie haga algo para adoptar soluciones".

El alcalde, José Tomé, dijo desconocer esta situación. Manifestó que visitará la zona y que verá qué se puede hacer.

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