El ampliado geriátrico de Monterroso podría estar operativo a inicios de 2018

Cuando finalicen los actuales trabajos de reforma, el centro contará con ocho plazas para personas dependientes

Las obras que durante los últimos meses se han estado ejecutando en el edificio de la residencia de Monterroso, con el fin de adecuar el centro para la atención de personas con diferentes grados de dependencia, algo para lo que hasta ahora no estaba preparado, están a punto de rematarse, por lo que desde el gobierno local, que dirige Miguel Rico, se prevé que este nuevo servicio esté operativo a principios del próximo año.

Una vez que finalicen estos trabajos, el geriátrico monterrosino pasará de las 16 plazas actuales a 24, con la salvedad de que las ocho nuevas estarán preparadas para acoger a personas dependientes.

La actuación, que contó con un presupuesto de algo más de 200.000 euros, consistió en la rehabilitación de un inmueble anexo al actual edificio de las viviendas comunitarias, quedando conectados entre sí.

"Dende o Concello xa iniciamos conversas con Xunta e Deputación de cara a firmar os convenios necesarios para poñer o centro en macha", explica Miguel Rico, quien prevé que una vez que finalicen las obras "probablemente a finais deste mes ou principios do que vén", lo siguiente será dotar las nuevas habitaciones con el equipamiento necesario y contratar el personal sanitario, como médico y enfermera.

CONTROVERTIDO. La residencia de mayores de Monterroso, que lleva abierta algo más de tres años, fue desde sus orígenes un proyecto muy controvertido. La primera fase de la obra fue financiada con 442.000 euros procedentes del plan E, puesto en marcha por el último gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Aquella actuación consistió en el reacondicionamiento de los antiguos pisos de los profesores, mientras que la Diputación asumió el coste del mobiliario y equipamiento de la instalación.

Sin embargo, una vez que concluyó la obra, la administración local, que por entonces dirigía el socialista Antonio Gato, se encontró con numerosas trabas administrativas por parte de la Xunta, quien decidió no otorgar los permisos necesarios para reconocerlo como geriátrico al no reunir el edificio las condiciones arquitectónicas necesarias. De este modo, el centro solo ha funcionado hasta la fecha como vivienda comunitaria para personas válidas.

Miguel Rico también explica que, a medio plazo, la intención de su gobierno es acometer otra fase de ampliación de este edificio, con el fin de que también se pueda albergar en él a los usuarios del centro de día.

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