Elon Musk, un Da Vinci moderno

El creador de innovadoras empresas como Paypal, Tesla y SpaceX quiere levantar una ciudad en Marte y ha ideado un tren supersónico. Sufrió bullying de pequeño y es un adicto al trabajo
Elon Musk
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SU NOMBRE ocupa un lugar destacado en la lista de los emprendedores más disruptivos del mundo. Y desde joven, porque antes de cumplir los 40 años y en poco más de un lustro, Elon Musk ya había fundado cuatro revolucionarias empresas: Paypal, el innovador sistema de pagos a través de internet; Tesla, el primer fabricante de vehículos eléctricos en serie; SolarCity, el mayor proveedor de energía fotovoltaica de Estados Unidos, y SpaceX, una pionera compañía privada de viajes al espacio. Fue así como se colgó la etiqueta de gran inventor de la era moderna un hombre al que la Tierra parece quedársele pequeña para poner en práctica su ingenio.

No solo quiere ofrecer a la humanidad la posibilidad de viajar a Marte en cohetes gigantes por lo mismo que cuesta comprarse una vivienda —unos 160.000 euros— en pocos años, sino que su objetivo es levantar allí una ciudad con al menos un millón de habitantes antes de morirse, convencido de que la vida aquí tiene fecha de caducidad. ¿Y cómo? Calentando el planeta rojo con bombas nucleares para lograr que sea habitable.

Otro proyecto de película que Musk está cada vez más cerca de hacer realidad es un tren supersónico propulsado por energía solar y con forma de cápsula levitante, que se desplazará dentro de un tubo a velocidades de hasta 1.200 kilómetros por hora. El reto es enlazar Nueva York y Washington en apenas 30 minutos a través de un precursor transporte que ya tiene autorización para construir.

Considerado el sucesor de Steve Jobs en Silicon Valley, la meca tecnológica situada en California, Musk ya nació con madera de genio. Vino al mundo un día de verano de 1971 en Pretoria, Suráfrica. Hijo de un ingeniero y una modelo, con solo diez años ya programaba con el ordenador que se había comprado y a los doce vendió la primera creación propia, un videojuego del espacio. Con 17 se fue a Canadá, tierra de su madre, pero su deseo era dar el salto a Estados Unidos, donde aterrizó siendo un veinteañero para licenciarse en Administración de Empresas y Física en la Universidad de Pensilvania con una beca.

TRAYECTORIA EMPRESARIAL. Con ambos títulos en la mano, comenzó la fulgurante carrera profesional de Musk. Se estrenó en el mundo emprendedor fundando junto con su hermano y un amigo Zip2, una de las primeras plataformas online para periódicos. Con los 300 millones que obtuvo de su venta a Compaq, en 1999 invirtió en Paypal, una compañía que triunfó en poco tiempo y que adquirió eBay, convirtiendo a Musk en rico.

Hoy amasa una fortuna de más de 15.000 millones de dólares. Movido por su filosofía de querer cambiar el mundo, en 2002 este soñador fundó su tercera compañía: SpaceX, dedicada a desarrollar y producir lanzaderas espaciales. Dos cohetes de transporte y una nave espacial son los primeros frutos de esta empresa, que consiguió un contrato de la Nasa para que sus astronaves viajen a la Estación Espacial Internacional.

Un año después llegó Tesla, que ya ha desbancado a General Motors como la firma automovilística con mayor capitalización bursátil en Estados Unidos. Con ella, Musk —un apasionado de los coches que ha tenido un McLaren F1, un BMW M5 Hamann o un Porsche 911— aspira a transformar este mercado con la fabricación de vehículos 100% eléctricos que todo el mundo quiera y pueda tener en su garaje.

Y en otra de las áreas que le apasionan, la energía, este visionario fundó hace poco más de una década SolarCity, para extender la energía solar y hacerla asequible. Solo un adicto al trabajo, como él se declara, puede aguantar el ritmo: trabaja unas 100 horas semanales, come en un abrir y cerrar de ojos y le quita horas al sueño.

LAS SOMBRAS. Y su vida personal también ha sido movida en los últimos años. Se casó y divorció dos veces con la misma mujer, con la que tuvo cinco hijos —trillizos y gemelos—. Actualmente sale con una joven actriz y quiere volver a ser padre. Las luces de su vida son conocidas, pero también hay sombras. En el colegio sufrió bullying; su padre abusaba de él psicológicamente; hace 17 años estuvo a punto de morir de malaria al contraer la enfermedad durante unas vacaciones por Brasil y Sudáfrica, y muchos de sus empleados aseguran que trabajar con él es un trauma por sus exigencias tiránicas. ¿Conseguirá Musk revolucionar el mundo como se propone?

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