Opinión

Eso no se hace

SALVO PARA para Aspas, el derbi del domingo no pasará a la historia. El nivel de fútbol fue bajo y faltó hasta tensión. Tampoco pido ver a un tío enseñando la chorra a la televisión como en 1987, después de que Díaz Vega convirtiese en penalti una falta a Alvelo fuera del área y en Riazor estallase la guerra. Ni a Djalminha provocando a Mostovoi con una actuación propia de una función de teatro de fin de curso.

Un derbi necesita picante. Si no, ni duele perder. Y al del domingo le faltaron muchas cosas. Me cuesta imaginar a un aficionado al fútbol de más allá de Pedrafita que llegado al minuto 30 no cambiase el partido por una serie, una peli, un libro o un paseo. Por otro partido no. Podría ser parecido.

Yo no cambié de canal, pero mientras la pelota viajaba sin sentido de un lado a otro de Riazor me puse a pensar en derbis de antaño que merecieran la pena. Recordé goleadas, remontadas, lágrimas, risas, borracheras... pero si me tengo que quedar con uno elijo el que vi en el salón de casa con mis abuelos.

Mi abuelo odiaba al Dépor porque una vez le fastidió una quiniela de catorce y porque hace muchos años no le cedió al Lugo no sé qué jugador. O eso decía, yo creo que era simplemente por tratarse de un equipo de cascarilleiros, que era como le gustaba referirse a los coruñeses. A mi abuela le gusta el Dépor por dos cosas, porque su nieto tiene muchos amigos allí y porque el derbi en que Giovanella le partió sin querer la pierna a Manuel Pablo le tocó verlo en una cafetería de Sanxenxo, rodeada de aficionados del Celta que festejaron la lesión del canario. "Eso no se hace", dice siempre que lo recuerda.

Mi derbi favorito fue en la época en que el Dépor gobernaba en Galicia y tenía aspiraciones a hacerlo en España e incluso en Europa, así que la que sonrió al final fue mi abuela. Incluso se atrevió a soltarle una pullita a su marido, sabiendo que éste iba a saltar como un resorte.

Mi abuela no vio el derbi del domingo. Desde que murió mi abuelo apenas ve el fútbol. Se pasó la tarde del domingo leyendo el periódico y atendiendo a las vidas de personajes anclados en un plató de televisión. No se perdió nada. Mi abuelo sí. Le hubiera gustado ver la victoria del Celta para devolverle aquella pullita a mi abuela, para ponerle al derbi la salsa que necesita. Pero mi abuela no saltaría. Ella es del Deportivo porque su nieto tiene amigos en A Coruña.

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