EL PRESIDENTE de la Diputación de A Coruña y alcalde de As Pontes, Valentín González Formoso, es socialista. El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, es de la Marea Atlántica. El primero presentó al segundo en uno de esos desayunos- conferencias mañaneros para tribuna de políticos. El gesto de invitarle uno a presentarle y aceptar el otro es política y cívicamente ejemplar. Son vergonzosas, hablan de un partidismos de sectarismo cutre hasta el extremo las críticas al presidente de la Diputación desde medios socialistas coruñeses, por presentar a un alcalde de la Marea. Habrá explicaciones de batallas internas pero muestra también el rostro de lo gregario como dogma.
Un acierto
Europa ha pasado de ser incubadora de guerras a ser exportadora de ideas basadas en la justicia, el derecho y el respeto, escribe Lluis Foix en La Vanguardia, al ocuparse del sesenta aniversario del Tratado de Roma, que se celebrará el próximo sábado. En varias ciudades europeas hay convocadas manifestaciones ciudadanas ese día en defensa del europeísmo y de una Unión Europea más fuerte y más consolidada frente al racismo y el resurgir de las fronteras al que asistimos últimamente. Frente a la amenaza electoral por la extrema derecha y los populismos. Somos bastante impermeables, quizás por posición geográfica, a las tensiones y amenazas en Europa. Pero desde Galicia hay que hacer un balance claramente favorable por razones culturales, aunque muchas veces fuesen tópicos; por razones políticas: la pertenecencia a Europa alejó fantasmas autoritarios y de intolerancia que marcaron la historia de España, y por razones económicas: fueron ingentes los fondos que Galicia recibió de la Unión Europea desde la entrada hace tres décadas. Cuestión distinta es el asunto -acierto o desacierto- que de los mismos se hizo.
