Una apuesta seria por el desarrollo de la economía gallega y una política seria frente a la pérdida de población en Galicia pasa por entender esta comunidad como eurorregión con el norte de Portugal. La visita de ayer a Porto -Porto, sí- del presidente de la Xunta de Galicia se enmraca en ese objetivo: lograr un "polo logístico, de transporte, turismo, de tecnología y de innovación entre Galicia y el Norte de Portugal" para consolidar "unha eurorrexión con criterio e voz propia" dentro del Comité de Regiones. Es necesario hacer real la apuesta que formuló el presidente gallego ante la Asociación Comercial de Porto, para potenciar el comercio de proximidad, con promociones conjuntas y creación de vínculos entre los diferentes mercados y plazas de abasto para el intercambio de productos locales. Aunque la desaparición de los controles fronterizos y la mejora de las comunicaciones por carretera haya favorecido la intercomunicación ciudadana, Galicia sigue de espaldas y desconociendo la realidad portuguesa. Lugo y el interior de Galicia siguen necesitando aproximación real vía Verín y Chaves al norte de Portugal. Nadie supo o quiso defender en su momento el diseño de las rutas de salida del norte portugués por carretera y ferrocarril por Galicia hacia Europa. Darían algún sentido y viabilidad a ese puerto exterior coruñés, al que no llega el tren, o al imaginario puerto seco de Monforte. Y sería más racional el mapa de las autovías internamente y hacia fuera de Galicia.
Una voz serena
Los lectores de las columnas semanales de Miguel Suárez Abel tenían ahí la opinión reflexiva, sin ruiídos ni insultos, clara y firme frente al acontecer, y sin concesiones a lo políticamente correcto. Murió ayer. Suárez Abel, con dominio y extraordinaria riqueza de los recursos de la lengua propia, fue fiel siempre al idioma gallego en sus libros y sus artículos. Difundía y mantenía la lengua propia desde la cordialidad.
