Opinión

Adiós turismo

ENTRE todos lo mataron y él solito se murió. Unos por repudiarlo y otros por desatenderlo, ya verán como la gallina de oro del turismo acaba en una triste cazuela para satisfacer apetitos indeseados. Quienes lo desprecian argumentan (no siempre) sus razones, pero quienes lo desatienden son simplemente cornetas de la desidia. Paco Rivera comentaba ayer en su blog que las dos oficinas de turismo de Lugo estaban cerradas a cal y canto a las dos de la tarde, hora en que se supone hay afluencia de turistas y visitantes para recabar información. Pero lo están también en otros muchos momentos estratégicos. Guardan horario de oficina y son más que oficinas; y hay días en que cierran, sin más. Además del horario, la molestia de fondo es su ubicación: plaza do Campo la municipal, rúa do Miño la de la Xunta, enclaves contiguos en una zona muy tradicional, pero escondidos para el que viene. Solo se llega preguntando o de casualidad. ¿Por qué no instalaciones, visibles, de la plaza Maior o Rúa da Raíña? En otras muchas ciudades es lo primero que salta a la vista y aquí nos empeñados en ocultarlo.

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