El taxímetro será obligatorio en Ribadeo, Viveiro, Foz y Burela

Parada de taxis, en Viveiro (Foto: Antonio López)
photo_camera Parada de taxis, en Viveiro (Foto: Antonio López)

Los municipios de Ribadeo, Viveiro, Burela y Foz rondan e incluso superan, según el censo, los 10.000 habitantes. La nueva Lei do Taxi, que está previsto aprobar en breve, obligará a instalar el taxímetro en los vehículos dedicados a servicio público con licencia en esos municipios.

La Federación Gallega de Autónomos del Taxi (Fegataxi) es la encargada de gestionar, junto con sus asociados, los puntos que recogerá la futura Lei do Taxi en Galicia. Entre los profesionales mariñanos existe variedad de opiniones ante los beneficios que la instalación del taxímetro reportará al negocio. El vicepresidente de la asociación de taxi Costa Lucense de A Mariña, Ángel Ramos, explica los ventajas e inconvenientes de este sistema. «El taxímetro te quita de muchos problemas porque marca el precio, mientras que ahora cobramos según una tarifa que fija la Xunta y que es igual en verano y que en invierno», explica y añade que «en Viveiro, en los meses estivales ,se producen largas colas y se tarda más tiempo en hacer el servicio. Por el método actual, ese tiempo a mayores no se cobra, pero con el taxímetro sí, porque hace un cómputo del tiempo y los kilómetros y el cliente lo ve».

El inconveniente de este sistema es el impacto que puede causar en la clientela, como señala Ramos. «A una persona que viaja a diario y que conoce las tarifas le resultará muy chocante que un día le cobres un precio y al siguiente otro, que puede ser mayor en función del tiempo. Aunque en situaciones parecidas, creo que el taxímetro está bastante ajustado con respecto a las tarifas».

Otros profesionales del sector, como Fran González, taxista de Viveiro, se muestran más escéptico «hasta que se empece a usar, non me atrevería a aventurar como vai funcionar».

Concesión

La concesión de licencias es otra de las cuestiones que también regulará la nueva ley. Actualmente, el número de licencias que un ayuntamiento saca a concurso se establece en función de su población, una licencia por cada mil habitantes. Existe la posibilidad de convocar alguna a mayores, para acomodar este número a las necesidades reales de cada localidad en función de las actividades de naturaleza comercial, industrial, lúdica o artística que se desarrollen en ella. Los ayuntamientos de Viveiro, Burela y Ribadeo están por encima de las permitidas si sólo se tiene en cuenta la cifra de habitantes.

Viveiro, con 16.211 habitantes según el censo de 2010, cuenta con 22 plazas, Ribadeo, con 9.988, tiene 15 y Burela, con 9.536, 12 concesiones. Ramos considera que «tal y como está la situación ahora mismo, las licencias están bastante equilibradas porque, aunque estamos en época de crisis, es la actuación del taxista la que determina el volumen de trabajo que quiere tener. Incluso en fechas puntuales como romerías o festivos, serían necesarios más vehículos, pero para esos días concretos tenemos a los compañeros de los concellos limítrofes».

Precios

Debido a este exceso de licencias, los ayuntamientos no subastan más plazas, pero existen grandes variaciones en el precio en función del lugar en que estén ubicadas, según Ramos. «Cada sitio tiene un valor de suelo diferente, lo que pagas es la explotación de cierto número de metros cuadrados. Si se sacan a subasta, el precio se situaría sobre los 2.000 euros, pero por traspaso o jubilación del propio taxista, el valor lo establece el ofertante y es muy personal. Siempre es más económico adquirirla al Concello».

Las plazas vendidas en los últimos años, en la mayoría de los casos por jubilación del profesional, se adquirieron en Viveiro por un valor de 70.000 euros, en Foz, Ribadeo y San Cibrao rondan los 60.000, en Burela y Xove cuestan 30.000 y en lugares más pequeños, como Ourol, unos 15.000.

Con respecto a la decisión de optar por una plaza en un ayuntamiento más grande o más pequeño, la mayoría de los profesionales cree que es más rentable el de más habitantes. El mayor incentivo es la posibilidad de apertura de actividades que generen más volumen de trabajo y desarrollar lazos con empresas que garanticen unos servicios mínimos. «Si tes un mínimo de servicios con empresas, podes vivir só diso», apunta Francisco Novo, taxista en la localidad de Burela.

Conflicto

  • El intrusismo laboral aumenta

Uno de los mayores problemas con los que se enfrentan en el día a día los profesionales del volante es el intrusismo laboral. La Lei do Taxi regulará las medidas para impedir que esta práctica se siga realizando, con multas que ascenderán hasta los 6.000 euros. El vicepresidente de la asociación de taxis de A Mariña, Ángel Ramos, señala que «no hay ningún problema en colaborar entre compañeros de localidades limítrofes en fechas puntales, pero hay que respetar el trabajo de los demás».

  • Denuncias

Los taxistas señalan que en repetidas ocasiones denunciaron este tipo de intrusismo laboral a las autoridades porque todos conocen «quenes son os piratas», indica José García, taxista de Viveiro. El colectivo considera que las autoridades deberían tomar cartas en el asunto e intervenir cuanto antes para frenar estas prácticas lesivas para el sector. «Si quisieran podrían pillarlos y hacer algo pero hacen la vista gorda», apunta Ángel Ramos.

Comentarios