El fraile cubría con billetes sus genitales y los de la menor y se fotografiaba mientras tenían sexo

La iglesia de O Cebreiro, que el jueves cerró más temprano de lo habitual
photo_camera La iglesia de O Cebreiro, que el jueves cerró más temprano de lo habitual

Los investigadores de la Guardia Civil que tomaban declaración a la menor que tenía relaciones sexuales con el fraile franciscano de O Cebreiro no acertaban a comprender muy bien a qué se refería la chica cuando les decía que el religioso le pagaba «antes, durante y después» de sus encuentros sexuales. Sin embargo, la revisión de las fotografías que había realizado el fraile les aclararon rápidamente las dudas: en varias de ellas se observa a la menor desnuda y con billetes tapándole sus órganos genitales, y en otras es el propio franciscano el que se envuelve el pene con billetes.

La fotografía, de hecho, parecía formar una parte fundamental de la actividad sexual de J.Q.A., que el miércoles ingresó en prisión acusado de incitación a la prostitución, abusos sexuales y apropiación indebida. El fiscal que pidió su ingreso y el responsable del juzgado de Becerreá que lo ordenó habían escuchado antes su confesión sobre sus relaciones con la menor, aunque tampoco les hubiera hecho falta ante la gran cantidad de imágenes que se encontraron en su poder y altísimo contenido pornográfico de todas ellas. De hecho, en el expediente figuran secuenciados actos sexuales completos entre el fraile y la chica, con las posturas forzadas con el objetivo de realizar las fotos mientras copulaban.

No era una relación esporádica, sino que había comenzado hace casi dos años, cuando la chica tenía poco más de 15. La única explicación que pudo dar ante el juez es que se le fue la cabeza con ella, aunque con sus palabras también quiso dar a entender que fue la menor la que lo sedujo. A partir de ahí, empezó a pagar por sus servicios sexuales, y la Guardia Civil sospecha que conseguía el dinero de los cepillos que llenaban los feligreses del santuario.

En torno a ese edificio giraba su vida desde que hace más de cuatro años llegó a O Cebreiro, y parece que allí se sentía realmente cómodo: buena parte de los encuentros sexuales tuvieron como escenario la sacristía, según explicó la víctima, un lugar que parecía motivar especialmente al franciscano.

Otro era la casa de la que es propietario en Trives, en Ourense. Allí llevó no solo a la menor, sino también a la otra víctima, un joven de 19 años con una minusvalía psíquica. El objetivo, según parece, era montar un trío, y para ello incluso llegó a dar alcohol a las víctimas.

"QUÍXOME DAR POLO CÚ"
El joven, según documentaron los investigadores y pudieron confirmar después los psicólogos que la Guardia Civil desplazó desde Madrid para hablar con él, ya había reconocido antes en su entorno familiar que el franciscano trató de abusar de él: «O frade quíxome dar polo cu, pero eu non lle deixei», expresó con contundencia cuando un familiar le interrogó por el dinero que llevaba encima, también facilitado por el religioso.

Según precisaron a este diario fuentes conocedoras del caso, este joven hasta llegó a ofrecer detalles de una particularidad física muy especial en los órganos sexuales del hombre. Sin embargo, del mismo modo que el franciscano reconoció en todo momento sus aventuras con la menor, negó tajantemente haber mantenido relaciones sexuales con el chico.

Respecto a ese viaje de los tres hasta Trives, explicó que sí se produjo, pero que los dejó a los dos durmiendo en su casa y, como no había más habitaciones, él se fue a dormir a otra casa de la parroquia, propiedad de unos vecinos que no vivían allí pero le habían dejado la llave. En su favor juega el hecho de que, de momento, no se han encontrado fotos de contenido sexual en las que aparezca el joven disminuido.

Eso no significa que no se hallen más pruebas en los próximos días, ya que la investigación continúa. En estos momentos, la prioridad es determinar si algún menor más de la zona pudo sufrir el acoso sexual del fraile. También sigue abierta la posibilidad de que, de la mano del religioso, otro hombre de Trives hubiera podido tener relaciones con la menor, aunque hasta ahora no hay pruebas que sustenten esta posibilidad, más allá de la estrecha amistad que une a ambos hombres.

Respecto a los cargos por los que finalmente puede ser acusado J.Q.A., no se podría hablar de abusos a menores al haber consentimiento, pero sí de corrupción de menores y de incitación a la prostitución. Sí habría intento de abuso sexual en el caso del joven disminuido.

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