Desde música tradicional hasta limpiadores

Los casetes de Samos que llamaron la atención de Andreu Buenafuente

La llamada de La Sexta pilló por sorpresa a los propietarios de un hotel samonense que sigue vendiendo estas "reliquias". Desde Francisco a Los Brincos
Uno de los responsables del hotel, junto a los casetes y los CD que tienen a la venta. PORTO
photo_camera Uno de los responsables del hotel, junto a los casetes y los CD que tienen a la venta. PORTO

El hotel A Veiga de Samos fue el protagonista durante unos minutos del programa En el aire que presenta Andreu Buenafuente. El humorista buscó en el programa emitido en la noche del lunes lugares donde se venden casetes y en Samos todavía tienen su hueco y algún que otro cliente. El Progreso se desplazó hasta el ahora famoso establecimiento para comprobar la existencia del expositor de casetes.

La llamada telefónica fue toda una sorpresa para los responsables del negocio, quienes creyeron que se trataba de una broma. «Dixéronme que chamaban desde La Sexta e que querían facerme unha pregunta. Collino porque pensei que podía ser que lle pasara algo a familia. Despois pensei que era de cachondeo e seguinlles o xogo. Cando colguei conteino na casa e dixéronme que seguro que era unha broma», explica Eva Quintero, quien fue la encargada de contestar la llamada.

Todavía mantienen el expositor porque las cintas "fanlle gracia á xente. Son unha reliquia e non molestan", asegura.

Los casetes están a la venta en este establecimiento desde hace "moitos anos". Además, se ve que tienen su público ya que incluso hay una empresa que se encarga de reponerlos. De hecho, un día antes de la llamada un joven adquirió una cinta. "Foi un rapaz ao que só lle gustan os casetes", explicó. Otra de sus clientes es una mujer que tiene un coche antiguo con reproductor de cintas.  Así que, tal y como dijo Berto Romero, es un negocio "no muerto de todo".

Los propietarios de A Veiga ya conocieron ayer que, finalmente, no había sido una broma, pues algunas personas se lo comentaron en la calle y después también pudieron verlo ellos mismos en internet. «A ver se coa publicidade que fixeron vendemos agora todas as cintas», bromean los hosteleros.

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