Las quejas de los usuarios por los servicios, o más bien su carencia, en la estación de autobuses de Lugo son continuas. Pero en la terminal hay situaciones que superan el absurdo y dejan a los viajeros boquiabiertos, como la presencia de una pantalla táctil en la que luce la advertencia de que no se puede tocar.
Pura contradicción, como recoge la imagen facilitada por Latorre.