El Ayuntamiento de As Pontes celebró este jueves una jornada de puertas abiertas de cara a la próxima reparación que se llevará a cabo en el mes de abril en la central térmica que dejó una estampa desoladora. Decenas, cientos, hasta un millar fueron los parados que acudieron a esta llamada, esperando impacientes durante varias horas en una hilera interminable, para entregar unas cuantas hojas con su formación y experiencia laboral, sin que eso les asegure el puesto de trabajo por el que todos suspiran.
La sorpresa de esta aglomeración de gente, que hacía cola desde primera hora de la mañana entre el Mercado Vello -lugar en el que seis empresas recibían los currículos- y la casa consistorial -donde este jueves estaba prevista la celebración de un pleno ordinario, que fue aplazado a última hora-, fue mayúscula.
No solo para los ponteses que se despertaron con la esperanza de encontrar un hueco en la reparación -de un mes aproximado de duración- que proyecto Endesa. Sino también para todos aquellos parados que se desplazaron desde Ferrol, Neda, Viveiro, Xermade, Betanzos, Ourense, Vigo, Pontevedra o incluso de Asturias con el propósito de encontrar una solución a sus problemas.
Los datos publicados esta semana por el Instituto Nacional de Estadística sobre el paro registrado, que concluían que habíamos vivido el mejor mes de febrero desde el año 2001, se quedan en meros número ante la cruda realidad que todavía perdura a ras de suelo.
