La familia de un represaliado lancarés recibirá sus restos en Burgos en abril

Adolfo Pérez López, natural de Ronfe, falleció en la prisión de Valdenoceda hace 75 años. Las pruebas de ADN practicadas a sus sobrinos nietos permitieron su identificación plena

La familia de un republicano lancarés fallecido hace 75 años en la prisión de Valdenoceda, Adolfo Pérez López, recibirá sus restos el 18 de abril en esta localidad burgalesa. El acto está organizado por la Agrupación de Familiares de Represaliados en Valdenoceda, que fue la encargada de exhumar del cementerio los cuerpos de los reos que murieron en la cárcel, identificarlos y entregarlos a sus descendientes.

Entre los últimos identificados está Adolfo Pérez, natural de la parroquia de Ronfe. El colectivo trataba de localizar a sus familiares, quienes se pusieron en contacto con él después de que este diario publicara el pasado verano que la agrupación buscaba a sus descendientes. La asociación ya había realizado un primer estudio antropológico, con lo que contaba con una primera identificación. Después, practicó una prueba de ADN a los sobrinos nietos del lancarés para confirmar al cien por ciento la identidad, señaló.

Adolfo Pérez falleció el 18 de noviembre de 1939, cuando contaba con 47 años de edad. Vivía en Madrid y estaba casado con Rosario Sola, con la que tuvo tres hijos. Los descendientes de estos, de haberlos, no pudieron ser localizados por la agrupación, apuntaron.

Los restos del lancarés descansan en una caja individual en el panteón que el colectivo construyó en Valdenoceda, en el que también están otros presos identificados cuyos sus familiares quieren que permanezcan allí.

El acto de entrega de los restos arrancará a las 11.30 horas con una explicación para dar a conocer el proceso. Posteriormente se realizará el homenaje en el cementerio, seguido de la entrega de los restos de ocho represaliados a los familiares «con toda la documentación para que puedan trasladarlos». Entre ellos se cuentan los de Adolfo Pérez, quienes «están deseando recibirlos para llevarlos al panteón familiar», según explicó la asociación.

Con estos ocho, el colectivo habrá identificado y entregado a 53 del más de un centenar de presos fallecidos en Valdenoceda. Estos murieron con consecuencia del hambre y el frío entre 1938 y 1943, período en el que permaneció abierto el centro penitenciario.

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