Los animales provocaron el año pasado en la provincia de Lugo una media de 90 accidentes cada mes. Esta cifra pone de manifiesto que no se trata de casos aislados, sino de un problema serio que requiere soluciones.
Según los datos que maneja la jefatura de Tráfico de Lugo, a lo largo de 2014 se registraron en las carreteras de la provincia un total de 1.107 accidentes de circulación en los que se vio implicado algún animal, fundamentalmente jabalíes y corzos, aunque también caballos y animales domésticos, como los perros. Y la problemática no es nueva, ya que en 2013 hubo 1.147 siniestros y el año anterior se registraron 1.187.
Para atajar esta peligrosa realidad, la jefa provincial de Tráfico, Paula Yubero, anunció en febrero de 2013 que la DGT trabajaba en la elaboración de un mapa de puntos negros de accidentes causados por animales. El objetivo final de esa iniciativa era dirimir de quién era la responsabilidad en cada caso, para saber a qué administración correspondía reforzar las medidas para frenar el acceso de las diferentes especies a la calzada.
Sin embargo, el mapa de puntos conflictivos nunca pasó de ser una idea y desde el organismo competente reconocen que, a día de hoy, ya no está prevista su elaboración.
Aun así, desde la Jefatura Provincial explican que las vías -de diferente titularidad-donde se registran más accidentes de este tipo son un total de nueve. En concreto, la N-640, a su paso por el municipio de Lugo; la N-120, a su paso por Pantón y Monforte; la N-540, también en el término municipal de Lugo; la N-VI, en los municipios de Lugo, O Corgo y Outeiro de Rei; la N-634, por Vilalba; la LU-546, por Bóveda; la autovía A-6, a su paso por el municipio de Lugo; la LU-P-1611, a su paso por los municipios de O Corgo y Castroverde; la LU-530, por Lugo, y la LU-540, a su paso por Xermade y Muras.
Según la DGT, en los últimos tres años, los animales no provocaron ningún accidente mortal en las carreteras de la provincia. De hecho, la mayor parte de estos percances se saldaron únicamente con daños materiales. Cuando hubo personas heridas -alrededor de una veintena cada año-fueron de carácter leve.
RECOMENDACIONES. Para la Jefatura Provincial de Tráfico, los accidentes con animales podrían reducirse si el conductor sigue una serie de recomendaciones. «Hay que reducir la velocidad en zonas de mayor riesgo de presencia de especies cinegéticas y, en especial, ante la presencia de animales en la vía o junto a ella. Esto permitirá adquirir una mayor capacidad de reacción ante cualquier imprevisto», apuntan.
Otro consejo a seguir es mantener el vehículo en perfecto estado, en especial las luces, el parabrisas y el limpiaparabrisas, así como evitar movimientos o reacciones bruscas con el coche. «También es aconsejable», dicen, «prestar especial atención a la señalización de la carretera y al correcto uso de los elementos de seguridad, en especial el cinturón, que permiten reducir colisiones y sus consecuencias».
Y si el conductor debe extremar las precauciones, las administraciones deberían hacer lo mismo. La propia DGT -a través del Observatorio Nacional de Seguridad Vial- hizó público un informe hace un par de años en el que se recogían las «posilbes soluciones» para evitar esta clase de siniestros.
El estudio sugería medidas como la colocación de barreras que desprenden un olor similar a los depredadores, que actúan como repelente; los espejos reflectantes, que reflejan la luz de los faros de los automóviles para asustar a los animales, o los pasos de fauna. Las conclusiones de este estudio, tampoco se llevaron a la práctica.
La problemática de los accidentes provocados por animales también fue abordada por varias asociaciones de automovilistas. Desde el RACC, por ejemplo, señalan que cuando el impacto es inevitable «siempre es mejor un choque controlado que una evasión incontrolada».
La aseguradora AXA, por su parte, señaló en un estudio reciente que los jábalíes provocan el 33% de los accidentes de tráfico con animales y sitúa a Lugo entre las seis provincias más afectadas.
