Galicia, en cifras

El Hula abre una consulta para ahorrar transfusiones

Se centra por ahora en pacientes con cáncer digestivo y, de los operados en el primer mes, solo fue preciso transfundir a uno. La iniciativa surgió después de que se comprobase cómo en cada hospital se usa distinta cantidad de sangre para idénticas operaciones
Donante en el centro del Hula.
photo_camera Donante en el centro del Hula.

El Hula abrió hace un mes una consulta de ahorro de sangre que tiene como objetivo reducir la necesidad de transfusiones durante intervenciones quirúrgicas y tras ellas. Inicialmente está destinada solo a pacientes con cáncer digestivo, pero no se descarta ampliarla más adelante a otros grupos, que podrían beneficiarse también. Por ahora, de los siete enfermos que han pasado por la consulta y fueron operados, solo uno precisó una unidad de sangre, algo que se atribuye al hecho de que tuviera que entrar en quirófano varias veces.

La especialista en Hematología y coordinadora de la consulta, Ángeles Cobas, explica que su puesta en marcha coincide con la aplicación generalizada de ''políticas transfusionales restrictivas'', que llevan vigentes unos cinco años. No solo funciona en el hospital lucense sino también en otros centros gallegos, que aplican determinadas propuestas de ahorro de sangre con otros grupos de pacientes. Por ejemplo, en otros centros los candidatos a pasar por la consulta son enfermos a los que se colocará una prótesis de cadera.

A los enfermos de cáncer digestivo se les administra hierro para que recuperen sus niveles antes de la intervención

A los pacientes oncológicos que se ven en Lugo, que suelen tener anemia ferropénica asociada al cáncer digestivo, se les administra hierro por vía intravenosa antes de pasar por quirófano y se les hace un seguimiento postoperatorio. Recuperar los niveles de hierro de estos pacientes persigue evitar por completo las transfusiones tanto durante la operación como después. Entre los beneficios para el paciente figura la reducción de las infecciones, aunque no es el único.

No es esta la única medida que se pretende promover para limitar las transfusiones. Sí que se ha descartado la autotransfusión -en el que el paciente donaba con anterioridad a la intervención varias unidades destinadas a ser utilizadas durante su cirugía- por ser un sistema caro y, en realidad, poco efectivo. En algunos casos, los enfermos consumían todas las unidades que habían donado y otras tres o cuatro a mayores. Resultaba costoso y poco eficiente porque, después de tratar la sangre de la autodonación para que el enfermo pudiera recibirla en la intervención, igualmente había que recurrir a la de otro donante, que era justamente lo que se trataba de evitar.

Sin embargo, sí se promueve el uso de recuperadores durante las operaciones, especialmente algunas, como las ortopédicas. Este sistema permite devolver al paciente durante la propia intervención quirúrgica la sangre que está perdiendo.

Se promueve el uso de recuperadores durante la cirugía, de forma que los pacientes reciben la sangre que están perdiendo

Igualmente, cabe la posibilidad de evitar las transfusiones quirúrgicas administrando algunos medicamentos. Por ejemplo, algunos enfermos pueden beneficiarse de recibir eritropoyetina, una hormona que se produce en el hígado y que sirve para mantener constante el nivel de glóbulos rojos. Su producción se reduce en algunos pacientes, fundamentalmente oncológicos, de forma que su aplicación puede evitar que tengan que recibir transfusiones.

VARIABILIDAD. La necesidad de promover el uso de esos dispositivos y otras medidas de ahorro de sangre fue una de las conclusiones a las que llegó la Sociedade Galega de Hematoloxía e Hematoterapia tras la presentación del estudio de variabilidad de las transfusiones quirúrgicas en los hospitales gallegos.

Los hematólogos participantes en este trabajo recopilaron los datos sobre el gasto de sangre en cinco operaciones: cirugía de colon derecho, prótesis de cadera, prótesis de rodilla, prostectomía radical (extirpación de la próstata) y cistectomía (extirpación de parte de la vejiga). Se comprobó que, dependiendo del centro hospitalario, se usaban diferentes cantidades de sangre, pese a tratarse de las mismas operaciones.

Las técnicas quirúrgicas que se utilicen o la propia experiencia del cirujano son factores que afectan al consumo de sangre

Ese recurso a la transfusión dependía no solo de cuestiones como el uso o no de recuperadores para determinadas cirugías -algo más extendido en unos puntos que en otros- sino también de la técnica a la que se recurriese o de la experiencia del cirujano que realizaba la intervención.

Vistos los datos del estudio, se acordó tomar medidas de ahorro en consonancia con esa política transfusional restrictiva que citaba la doctora Cobas. Los hospitales participantes en el proyecto, como el Hula, no se suman porque tengan problemas de suministro de sangre sino por adaptarse a esa tendencia global. Aunque la sangre que recibe un paciente durante una intervención está analizada y tratada, lo cierto es que no deja de ser un trasplante y, aún con toda la seguridad que el sistema garantiza hoy, para los pacientes con una situación inmune especialmente comprometida evitar por completo la transfusión siempre es mejor.

El Hula cuenta con un banco de sangre que pertenece al servicio de Hematología y Hematoterapia, cuyo jefe es el doctor Arias Sampedro.