La movida se traslada a los polígonos industriales

El dueño de Morango en O Ceao logra licencia para otro local en As Gándaras, que también apostará por la música latina aunque para un público más juvenil. El casco urbano no cuenta con ninguna sala de fiesta tras el cierre de Sugar
Fachada de la discoteca Zouk, en el polígono de As Gándaras
photo_camera Fachada de la discoteca Zouk, en el polígono de As Gándaras

La movida nocturna en la capital lucense parece haber evolucionado del mismo modo que ocurrió en otras ciudades y aunque el casco histórico mantiene su tirón como zona de ocio, otras históricas como Marina Española agonizan frente al empuje de un nuevo fenómeno, las discotecas de los polígonos industriales.

La más histórica de la ciudad, Exágono, funciona desde hace tres décadas en la carretera de Santiago junto al polígono de A Louzaneta y, aunque cierra durante algunos meses, atrae a público con actuaciones en directo de orquestas. Mientras, la última en abrir, Morango, convierte O Ceao durante los fines de semana en centro de peregrinación de aficionados a la música latina de todas las edades, que llegan desde diferentes villas de la provincia e incluso desde ciudades como Betanzos o Ferrol. Su propietario, el empresario José Expósito, animado por el éxito de esta discoteca, promueve una nueva en el vecino polígono de As Gándaras y que este mismo miércoles obtuvo por parte del Concello la licencia para finalizar la obra. Será una sala con una superficie de 1.200 metros cuadrados y terrazas exteriores, que su promotor pretende que comience a funcionar el próximo verano.

"Zouk seguirá apostando pola música latina, aínda que buscará un público máis xuvenil que Morango", explica Expósito, que añade que su apuesta por As Gándaras se debe a que se trata de un polígono bien comunicado con la autovía A-6 y la ciudad, y que, sobre todo, dispone de un amplio aparcamiento.

Este empresario, que también dispone de centros de bronceado en Lugo y es promotor de espectáculos, considera que la clave del éxito de las discotecas de polígonos es la comodidad a la hora de acceder en coche y que se evitan molestias a los vecinos. "Por moito que teñas insonorizado o local, coa prohibición de fumar dentro, a xente sae a fóra ou está nas terrazas e iso acaba xerando problemas. De feito, tivemos pubs na cidade e acabamos por pechar para apostar por este formato", comenta José Expósito.

La buena comunicación con la autovía A-6 y el amplio aparcamiento decidió al empresario a apostar por As Gándaras

Además, tampoco cree que el hecho de tener que desplazarse en coche de noche a un local de copas retraiga a la clientela a pesar de los controles de alcoholemia que se suceden durante los fines de semana. "O normal é que se xunten varios nun mesmo coche e o conductor beba pouco ou nada. E no caso de que veñan desde a cidade, que collan un taxi, que entre catro pode supoñer só unha copa menos", comenta el empresario, que asegura que los fines de semana también suelen acudir en microbús peñas de amigos con despedidas de soltero.

Otro secreto del éxito de su local cree que se debe a un "bó márketing" y la apuesta por la música en directo de orquestas, algo que dice que en principio atrajo a personas de mediana edad aficionadas a bailar, pero que luego también animó a acudir a los jóvenes.

"As orquestras de agora souberon renovarse, tanto a nivel de músicos como de repertorio e por iso temos fenómenos como pode ser a Panorama ou o Combo Dominicano, que a última vez que actuou en Morango quedou xente fóra por falta de sitio", añade Expósito.

Sin embargo, el éxito de la discoteca de O Ceao se contrapone con el declive de otras salas de fiesta de la provincia que han echado el cierre en los últimos años, al igual que ocurrió con todas las del casco urbano de Lugo, donde la última en bajar la reja fue Sugar. Uno de los promotores de esta discoteca ideada para acoger a un público juvenil, el empresario Juan Rogero, cree que frente a la llamada generación del ‘baby boom’, que se crió en míticas discotecas como Valentino o Charly Max, los jóvenes de ahora "tienen más cultura de salir de bares y locales de copas, en lugar de meterse varias horas en un mismo sitio", señala.

Sugar, una macrodiscoteca urbana que nació bajo el nombre de Studio 3, en la actualidad se alquila para celebraciones y la última fue la fiesta de Carnaval del Club Fluvial.



Casco histórico: El centro se reinventa con bares que se transforman en pubs

"El centro es una zona por la que como hostelero apostaría siempre", declara Juan Rogero, copropietario de varios locales de copas del casco histórico como El Gandul, Ginger Lugo y Bambudha, y que abrirá la próxima semana en la Rúa da Cruz, en el inmueble que en su día acogió la sala de juegos Covadonga, un restaurante de estilo oriental con un ‘sushiman’ que de noche se transformará en coctelería con actuaciones en directo y DJs.

No es una novedad en la calle de los vinos, donde en los últimos años varios locales se han reinventado para ofrecer durante el día todo lo que se puede encontrar en un bar y transformarse por la noche en pubs y coctelerías con ambiente musical.

La marcha de los lucenses a las playas en verano se ve compensada por una afluencia cada vez mayor de turistas, en fiestas como el Arde Lucus o el San Froilán

Rogero, que no cree que el fenómeno de las discotecas en los polígonos le reste público al casco histórico, considera que cada ambiente tiene su clientela. "Creo que ellos tienen un público más mayor y en el centro hay de todo, jóvenes o gente que sale tarde de casa o del trabajo, se toma unos vinos y tapas, y luego se queda a las copas", comenta este empresario, que se lamenta de que no se respeten los horarios de cierre en los bares, lo que provoca que los pubs no empiecen a funcionar "hasta muy tarde".

También defiende la rentabilidad de los locales en el centro porque asegura que la marcha de los lucenses hacia las playas durante los meses de verano se ve compensada por una afluencia cada vez mayor de turistas, así como por fiestas como el Arde Lucus o el San Froilán.

RECUPERACIÓN. Sin embargo, algunos propietarios de pubs sí que creen que la anunciada recuperación económica no se traduce aún en una mayor afluencia de público a sus locales y auguran que aún se tardará en notar. "Bajó muchísimo todo por la crisis e incluso en el último año", comenta Miguel Yáñez, propietario de El Ambigú, una moderna coctelería ubicada en el rehabilitado barrio de A Tinería. De todas formas, confía en que en el semestre próximo se compense la caída de ingresos provocada por la baja afluencia. Aun así, Yáñez también cree que el casco histórico nunca va a perder su tirón como zona de ocio.



Barrios: Marina Española agoniza como zona de copas tras caer el público latino

Actualmente solo funcionan dos locales de copas, Dona Bella y El Muro, aunque se mantiene el ambiente de vinos

Marina Española, la primera zona de copas que tuvo Lugo fuera del casco histórico, agoniza después de haber acogido durante sus mejores años a más de una docena de bares y locales de copas. La transformación que sufrió durante la primera década de este siglo hacia un ambiente de música latina y coincidiendo con la llegada a la ciudad de inmigrantes latinoamericanos está a punto de extinguirse debido a la caída de la clientela. De hecho, en la actualidad solo funcionan dos locales de copas, Dona Bella y El Muro, aunque lo que sí se mantiene es el ambiente de vinos tanto en esta calle como en las del entorno, donde en los últimos años también fueron echando el cierre varios pubs.

COCTELERÍAS. En cambio, en una de las zonas de movida más recientes de la ciudad, Augas Férreas, se consolidaron algunos locales como la cervecería Cook, que abre desde primera hora de la mañana a la madrugada, mientras que en otros barrios como A Milagrosa, A Piringalla o Fontiñas se han instalado en los últimos años coctelerías de diseño que durante el día también funcionan como bares de tapas y que, por la noche, atraen a un público juvenil.

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