La zona rural y el centro de Lugo dan la espalda al PP y barrios contestatarios dejan de apoyar al PSOE

Los populares perdieron cientos de votantes donde en 2011 llegaron a doblar a los socialistas. A Ponte, donde la peatonalización del puente romano fue muy criticada, castigó a Orozco, al igual que Fontiñas y A Milagrosa

Los casi 14.000 votos que perdieron el domingo populares y socialistas con respecto a los comicios de 2011 no solo son una muestra más del declive experimentado por el bipartismo en toda España sino que también pueden interpretarse en clave local, si se tiene en cuenta la ubicación de las mesas y los problemas vividos en la ciudad en los últimos cuatro años.

La sangría de 7.878 votos que sufrió la candidatura liderada por Jaime Castiñeira fue especialmente acusada en la zona rural y las mesas del centro de la ciudad, donde hace cuatro años los populares doblaban en votos al PSOE y, sin embargo, ahora la diferencia se recortó en un 50%. Es el caso de las ubicadas en colegios electorales como el de Hacienda, el centro social Uxío Novoneyra o el Ceip Rosalía de Castro, en la que el PP cuenta con un electorado fiel, parte del cual decidió esta vez darle la espalda votando otras opciones como Ciudadanos, que sumó en el municipio 3.445 votos, o bien quedándose en casa. Esta última es la opción que más apuntan los responsables del partido en la ciudad, ya que algunos interventores de las mesas del centro aseguran que echaron de menos algunas caras habituales en anteriores jornadas electorales, mientras que había muchas nuevas, sobre todo jóvenes.

Pero si es preocupante para el PP la caída de votos en sus feudos urbanos, no lo es menos la registrada en las parroquias, donde el PSOE incluso llegó a adelantarles en los colegios electorales de Poutomillos, Santiago de Saa y San Xoán do Campo. En una zona rural donde la abstención suele ser más baja, la fuga de votos a otras formaciones tuvo mucho que ver en esta pérdida de apoyos, mientras que los socialistas registraron aquí un pérdida menor en el conjunto de parroquias que podría tener que ver con el trabajo desarrollado en estos años por el concejal socialista Manuel Chaín, a quien el PSOE decidió sacrificar y no incluir en la lista.

Chaín, que se ocupaba además del área de infraestructuras, también podría anotar en el debe del PSOE la caída de votos en calles como Fontiñas, donde el retraso en la ejecución de las obras de renovación del firme y las tuberías de agua provocó la ira de vecinos y comerciantes. No fueron los únicos barrios contestatarios que dieron la espalda o Orozco, ya que también A Ponte volvió a castigar al PSOE, quizá en protesta por la decisión de peatonalizar el puente romano. Además, A Milagrosa tampoco apostó como opción mayoritaria por el PSOE, que ni siquiera se aprovechó del malestar vecinal en A Residencia con la Xunta por el abandono de los edificios del hospital Xeral.

El cabeza de lista del PP, Jaime Castiñeira, fue el primer aspirante a la alcaldía que inició la ronda de contactos con el resto de grupos previa a la celebración del pleno de investidura, según confirmó ayer el PP en un comunicado. Sin embargo, los socialistas no se han dirigido oficialmente a los partidos que le pueden dar la alcaldía a la espera de tomar una decisión sobre el futuro de José López Orozco, dado que tanto Lugonovo, como BNG y Ciudadanos descartan aupar a este cargo a un político imputado judicialmente. Además, Ace ya aclaró que no tiene intención de gobernar con el PSOE.

Mientras, el PP explica en el comunicado que Castiñeira habló durante la jornada del lunes con los líderes de los partidos que obtuvieron representación en el Concello, «en primeiro lugar para felicitalos polos resultados que obtiveron nas eleccións do domingo e, en segundo, para trasladarlles o seu compromiso e disposición de conformar un goberno estable para Lugo, cumprindo o mandato dos lucenses como forza política claramente máis votada».

El candidato popular anuncia que tiene previsto establecer un calendario de reuniones con estos representantes políticos «cun único obxectivo: que Lugo poida avanzar e que os lucenses melloren a súa calidade de vida. Para iso, a única premisa que aplicaremos neste período de negociacións será Lugo e o seu futuro, analizando os diferentes programas, que son moi coincidentes nalgúns puntos clave».

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