Lugonovo ratifica el veto a Orozco y la rebaja del gasto político en un 50% para apoyar al PSOE

El acuerdo fue unánime en una asamblea de más de 70 personas que pidió cambio de políticas y no solo de personas. Dice que no hay que tener miedo a un gobierno del PP porque fue el más votado y la responsabilidad sería del PSOE

Lugonovo se mantiene firme. Solo permitirá la formación de un gobierno de izquierdas sin el actual alcalde, José López Orozco, y con el compromiso de la reducción del gasto de funcionamiento de la corporación (concejales, personal de confianza y asignación a los grupos municipales) en un 50% y la inversión de ese dinero en políticas sociales. El acuerdo fue tomado anoche por unanimidad en una de las asambleas más numerosas de la corta historia de la formación. Asistieron más de 70 integrantes, entre ellos una mujer que explicó que cambió de voto por primera vez en su vida con Lugonovo y lo hizo porque busca personas y políticas nuevas, por lo que no vería bien que el partido apoyara sin más al actual PSOE lucense, sin ningún tipo de condicionante.

Fue esta una reflexión que se escuchó reiteradamente en una asamblea que duró casi tres horas y en la que Lugonovo valoró la campaña y los resultados y presentó cuentas. Frente a quienes, de forma más o menos explícita, defendían que la marcha de Orozco debería ser suficiente para que Lugonovo garantizara un gobierno de izquierdas y evitara un alcalde del PP, otras voces pedían más nivel de exigencia para realmente tratar de cambiar la forma de hacer política en el Concello. La asamblea acabó votando esta cuestión, aunque los integrantes de la mesa negociadora ya habían dejado claro que exactamente esa fue la posición con la que acudieron a la única reunión que mantuvieron con el PSOE.

Para que no quedara ni un atisbo de sospecha, ante las dudas y reflexiones que planteaban numerosos asistentes, en realidad la asamblea hizo dos votaciones. Una para ratificar su veto a Orozco y otra para incluir la exigencia, a la hora de negociar con otro candidato, de reducir el gasto político y destinar el ahorro a gasto social. En ambos casos, con significativas papeletas rojas.

Pese a que el portavoz del actual gobierno en funciones y negociador por parte del PSOE, Luis Álvarez, quiso trasladar ayer la idea de que la «aparente contundencia e unanimidade» de Lugonovo, y también del BNG, sobre el veto a Orozco no eran tales, ante el riesgo de que gobierne el PP, la realidad es que en la asamblea de Lugonovo no se apreciaron fisuras sobre este aspecto en particular.

Sí salió a la palestra la cuestión de cómo explicar a la ciudadanía -e incluso a algunos integrantes y votantes de Lugonovo- que una plataforma de izquierdas permita un gobierno del PP, si se da esta circunstancia. «Lugonovo non debería ter ningún temor a que Jaime Castiñeira sexa alcalde porque a nosa proposta foi rotunda e clara dende un principio. Sería unha responsabilidade primeiro de Orozco e despois do PSOE», afirmó uno de los impulsores de la formación. «O imputado teno o PSOE, non Lugonovo, e a cidadanía deulle a maioría ao PP», añadieron otros asistentes para reafirmar el discurso y la necesidad de que este llegue a la ciudadanía y, llegado el caso, la presión recaiga sobre el PSOE y no sobre Lugonovo.

Para más adelante queda el debate de si Lugonovo debe o no entrar en el gobierno, si finalmente hay un alcalde socialista. En la asamblea de ayer se manifestaron partidarios y detractores.

OROZCO GUARDA SILENCIO. Hay quien sostiene -también en Lugonovo- que la renuncia de Orozco ya es un hecho pero, mientras el partido parece ganar tiempo, el regidor en funciones juega al despiste. Ayer por la mañana, en un acto público, el alcalde en funciones anunció que iba a guardar «un silencio intelixente» porque esa era «a postura máis intelixente». Por la tarde, en el que era el penúltimo pleno municipal, aludía a sus 16 años de gobierno «e aos próximos 16 anos que nos restan por aquí» y, al término, recordaba que el día 10 (última sesión) será cuando realmente se despidan los miembros de la corporación. «Despedirémonos e choraremos todos, uns e outros», afirmó.

El pleno era para estudiar el recurso de un particular a la encomienda de gestión que el Concello hizo a la Diputación para la venta de sus acciones en el CD Lugo, un asunto que volvió a provocar debate. PP y BNG coincidieron en que el proceso fue una «chapuza» y en que dividió a la afición, mientras que los nacionalistas reiteraron su rechazo a la inversión que el Ayuntamiento hizo en su día en el club y el PP anunció que repetiría la acción si en el futuro fuera necesaria para este u otro equipo como el Breogán. El gobierno defendió la legalidad del proceso.

El PP ‘apoya’ a Orozco. Sobre las negociaciones para la formación del gobierno, el alcaldable popular, Jaime Castiñeira, en defensa de sus propios intereses acabó mostrando su apoyo ayer a Orozco. «Que ahora venga alguien exigiendo que se marche y que se marche por la puerta de atrás, creo que tampoco es justo. Es alcalde y fue alcalde de Lugo durante 16 años. Creo que las cosas hay que valorarlas como son. Su situación no cambió nada desde que se presentó como candidato hasta ahora». Con respecto a sus posibilidades de formar gobierno dijo que, «la vamos a aprovechar, vamos a estar ahí».

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