El consulado tramita la repatriación del marinero fallecido en Irlanda

El vicedense, patrón de costa en el Anchousa de Celeiro, cayó al mar en el puerto de Killysbegs
El finado residía en la casa de color salmón, en O Folgueiro
photo_camera El finado residía en la casa de color salmón, en O Folgueiro

El Consulado de España ya inició los trámites para la repatriación del marinero vicedense que falleció en Irlanda tras caer al mar por causas que se desconocen. Se trata de Eusebio Villar Polo, de 56 años de edad y natural de O Folgueiro, quien el sábado pasado viajó desde Santiago en avión al país anglosajón para incorporarse al buque Anchousa de Celeiro, en sustitución de otro tripulante que se tomaba unos días de vacaciones, como había hecho en multitud de ocasiones antes.

El vicedense aún llamó a su familia el sábado por la noche y se supone que el domingo por la tarde salió hasta el pueblo de Killysbegs, en cuyo puerto estaba atracado el barco, para efectuar una nueva llamada. La tripulación le echó en falta en la mañana del lunes, justo antes de partir, y dio la voz de alerta. Las autoridades movilizaron a los guardacostas que localizaron hacia el mediodía su cuerpo entre unas rocas.

Su deceso en el puerto ha supuesto la apertura de una investigación para aclarar las circunstancia que pudieron causar su muerte, pues no trascendieron más datos de su situación cuando le hallaron Además, ayer le practicaban la autopsia, según pudo saber este diario. Anoche todavía se desconocía cuándo podría autorizarse el traslado de su cuerpo para entregárselo a su familia.

El finado era el patrón de costa de la embarcación propiedad de la firma Pesquera Regal de Celeiro. El barco se dedica prioritariamente a la captura de merluza en el caladero del Gran Sol. Eusebio Villar, conocido popularmente como ‘Sebo’, diminutivo de su nombre, era una persona muy trabajadora, tal como confirmaron a este periódico diversas fuentes, que apuntan que cuando estaba en tierra era frecuente verlo de vinos por la zona de Cantarrana (Viveiro).

El tripulante residía solo en su casa unifamiliar de O Folgueiro tras separarse de su mujer sin haber tenido hijos y dado que en la localidad también vive parte de su familia. Aún le vive la madre y tiene cinco hermanas y varios sobrinos. La noticia causó gran consternación en la parroquia y entre todos sus amigos, que están muy afectados por lo sucedido.

El vicedense estuvo sin trabajar una temporada hasta que se percató de que le faltaba un tiempo de cotización para poder retirarse, razón por la que retomó el trabajo a bordo. Primero lo hizo en otra embarcación y ahora regresó con los armadores con los que había trabajado casi toda su vida, pues llevaba en la mar desde los 14 años de edad.

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