La muralla, un trabajo 'superior' fue obra de los soldados y no de los siervos

Tres aras funerarias dejaron huella de los esclavos que tuvo Lucus Augusti

Una peluquera, un liberto africano y un esposo enamorado, entre los más oprimidos
Restos de una inscripción romana encontrada en Lugo el año 2000.
photo_camera Restos de una inscripción romana encontrada en Lugo el año 2000.

Philtates era peluquera pero, a su vez, era la esclava de una familia aristócrata. Vivió en el siglo III y pasó a la eternidad a través de una inscripción en piedra en el ara votiva que atestiguaba su enterramiento y que ahora se encuentra, junto con otras dos más, también de esclavos, entre los fondos del Museo Provincial.

Lugo, como territorio perteneciente al Imperio Romano, no se libraba de tener esclavos y de ello quedó constancia en distintas aras funerarias votivas. Además de la dedicada a Philtates, también se encontraron otras dos, epigrafiadas, que hacen referencia a sendos esclavos liberados (libertos): Saturnino, un africano que quiso rendir culto a dioses africanos y romanos y un esposo enamorado, casado presumiblemente con una mujer libre -algo insólito- que quiso, de esta forma, rendir homenaje a su «castísima» esposa, Casia Anipatra.

«En Lugo, se encontró mucha epigrafía que describe el tipo de esclavos y libertos que residían en Gallaecia en el Alto y el Bajo Imperio. De todas formas, en el noroeste de Hispania se encontraron menos epígrafes romanos que en el sur o en el Mediterráneo», afirma Clara María Ramos Taboada, licenciada en Historia, que impartió este miércoles una charla sobre esclavitud y manumisión (tema sobre el que está haciendo también una tesis), dentro de las Xornadas Culturais del Arde Lucus, organizadas por el Concello y la Cohors Lucensium.

La ‘ornatrix’ (peluquera) Philtates pasó a la historia con el ara votiva funeraria que le dedicó o bien su pareja u otros compañeros esclavos. En esa ara, estos piden protección para la mujer.

"Uno de los libertos se casó con una mujer libre, lo que es insólito, y eso se supo por los estudios onomásticos realizados"

«Sospechamos que esta esclava podría proceder de los Alpes porque se hizo un rastreo del nombre de la familia con la que estaba, la casa de Augusto Taurino, y este nombre se registró en esa zona. Entonces, tanto ella como la familia vendrían de ahí», explica Clara María Ramos.

La segunda de las aras votivas protagonizada por un esclavo que vivió en Lucus Augusti fue estudiada por historiadores de distintas partes del mundo dado su gran interés. En este caso, se trata de una dedicación que hace un liberto imperial de origen africano (también según el estudio onomástico) a los dioses.

«En el ara, aparece una dedicatoria a unos dioses africanos -que fueron asimilados por los romanos-, a Mérida Augusta divinizada, a dioses romanos como Júpiter, Juno y Venus y a los númeres de los emperadores (su esencia, por así decirlo)», cuenta Clara María Ramos.

El tercer esclavo lucense consiguió también la libertad y le dedicó, en el siglo III, un ara a su esposa, Casia Anipatra.

«Este hombre llevaba veinticuatro años casado con esta mujer, a la que apreciaba mucho porque se refiere a ella como «castísima esposa». Los libertos se solían casar entre ellos pero, en este caso, también por los estudios onomásticos realizados, se llegó a la conclusión de que ella parecía libre. Lo que, sin duda, es algo muy insólito en la Roma imperial», afirma esta licenciada en Historia.