Ribeira Sacra pronostica por el fuerte calor una vendimia adelantada

Los viticultores solo temen que la falta de lluvia pueda provocar estrés hídrico en las cepas
Pedro Rodríguez, de Adegas Guímaro, en uno de sus viñedos que dan al Sil.
photo_camera Pedro Rodríguez, de Adegas Guímaro, en uno de sus viñedos que dan al Sil.

Los viticultores de la Denominación de Origen Ribeira Sacra no dudan en señalar que la cosecha de uva de este año será alta y que la vendimia habrá que adelantarla entre dos y tres semanas sobre las fechas de campañas anteriores si continúa el tiempo seco y con altas temperaturas que se registró durante todo junio y lo que va del presente mes.

Los cosecheros incluso hablan ya del llamado estrés hídrico, un problema que afecta a los viñedos y que consiste, como sucede siempre en épocas de sequía, en falta de lluvia que permita a las uvas crecer con la cantidad de agua necesaria para no quedarse inmaduras.

En este sentido, señalaron que en la noche y madrugada de ayer muchos viticultores se vieron aliviados cuando descargó una fina lluvia en las zonas de Chantada, Pantón y parte de Sober.

Los bodegueros y viticultores preguntados por el estado general de la futura cosecha, como Evaristo Rodríguez, de Adegas Moure, señalaron que habrá «unha colleita importante a falta de acontecementos decisivos», en relación, siempre, con la evolución de las condiciones atmosféricas desde ahora hasta el día que se proceda a la vendimia, que podría ser a mediados de septiembre.

Sin embargo, Evaristo Rodríguez se mostró convencido de que el vino que se obtenga de la cosecha de este año será de muy alta calidad, pues, añadió, el llamado estrés hídrico afecta solamente a las cepas jóvenes, por lo que no existe un problema real para la inmensa mayoría de los viñedos. Por el contrario, dijo, de seguir así las cosas «poderíamos falar duns caldos cunha alta gradación alcohólica», algo siempre importante para los tintos de la Ribeira Sacra, que tienen como principal base la uva mencía.

Ventas

Con estas perspectivas se espera, como mínimo, mantener la producción de la cosecha que está en el mercado, la del 2014, con 3,1 millones de litros.

La respuesta de los consumidores ha sido hasta el momento, y a pesar de la crisis económica, muy buena hacia los caldos que se elaboran en la denominación de origen, ya que no se notó pérdida alguna en las ventas.

Por el contrario, según datos que maneja el consejo regulador, hubo un ligero repunte gracias a los contratos comerciales realizados con países europeos.

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