Isaac Prado Villapol, que fue médico y regidor de O Vicedo, será enterrado este viernes en Ferreira do Valadouro, su municipio natal. El funeral está previsto para las 17.00. Las banderas de la casa consistorial vicedense ondean a media asta como señal de respeto hacia quien ejerció de médico de la localidad y alcalde durante más de un cuarto de siglo, desde 1974 hasta el 31 de enero de 2001. En esta fecha se vio obligado a dejar el cargo tras ser condenado por su gestión al frente del Ayuntamiento.
Tras su designación como alcalde en los últimos años del franquismo, Prado Villapol militó después en Alianza Popular y el Partido Popular, del que fue expulsado en 1999 por montar una lista independiente, Independientes por O Vicedo (IPV), que se correspondía con sus iniciales para volver a hacerse con el bastón municipal. Sus últimos quince años, ajeno ya a la actividad pública, fueron un calvario de obligado silencio, marcado por las condenas judiciales y la mala salud.
Nacido en Ferreira do Valadouro en 1932, en sus tiempos mozos fue vocalista de la orquesta valadourense Maseda. De forma paralela a su profesión de médico ejerció la política de una forma personalista, aunque lo cierto es que fue un actor fundamental en el desarrollo de O Vicedo. Incluso cuando se quedó solo, tras abandonar el PP, sus votantes no le fallaron y disfrutaron con él de una bucólica comida campestre para celebrar su cuarto de siglo de gobierno.
«Cuando llegué aquí había más corredoira que calles. Creo que conseguí inversiones y se hicieron obras, aunque ahora parece que el malo de la película soy yo», dijo Isaac Prado Villapol, al abandonar el cargo. No le faltaba razón. Fue el gran impulsor del trazado viario del municipio, aunque finalmente le quitasen la calle que se dedicó en vida, el promotor de la red de abastecimiento de aguas y de la depuradora de residuales, así como del cierre del puerto. Su último legado fue la construcción de la actual casa de la cultura.
