Una pareja lucense tiene en EEUU un hijo gracias a la gestación subrogada

El pequeño nació en San Diego y los padres, felices, solo lamentan tener que haber "cruzado medio mundo" para lograr el sueño de tener descendencia, debido a que en España sigue sin ser legal gestar en un vientre ajeno
Marina, con una imagen de una ecografía de Olaf, al poco de iniciar el proceso de gestación
photo_camera Marina, con una imagen de una ecografía de Olaf, al poco de iniciar el proceso de gestación

Olaf es lucense, pero acaba de nacer en San Diego, California. El pequeño vino al mundo este viernes, a las 10.47, hora española, y su nacimiento ha sido posible gracias a la gestación subrogada. Es el primer bebé lucense del que se tenga conocimiento que llega el mundo por ese procedimiento.

Marina y José (nombre ficticios de los padres) estaban felices tras asistir al nacimiento de su hijo, por el que llevan mucho tiempo esperando y peleando. "Ha sido muy emocionante", contaban desde Estados Unidos.

El nacimiento de Olaf (nombre ficticio) llegó tras un parto de doce horas, en el que los padres estuvieron presentes y al que también asistieron el marido y las dos hijas mayores de la mujer que ha gestado al bebé, Elizabeth Gooch.

Tras conseguir su reto de ser padres, la pareja lucense recalcaba el viernes desde Estados Unidos su reivindicación de que se legalice la gestación subrogada en España. "Si esto fuera legal ahí, no tendríamos que haber cruzado medio mundo para tener un hijo nuestro".

En su caso, varias veces han debido realizar un largo viaje para poder tener a su hijo. La familia recurrió a una agencia estadounidense para poder llevar a cabo todo el proceso, que iniciaron después de intentar sin éxito ser padres durante seis años.

Marina y José, de 34 y 38 años, pasaron un largo calvario hasta el feliz momento del viernes, ya que ella sufrió dos abortos a las 33 semanas de de embarazo. Tras esas dos traumáticas gestaciones, a la pareja solo le quedaba la vía de la gestación subrogada para poder tener un hijo propio. Y la única alternativa era hacerlo fuera del país.

Los padres asistieron al parto, que duró doce horas, junto al marido y las hijas mayores de la mujer que gestó a Olaf

Esa vía se hizo realidad y Marina recordaba desde Estados Unidos todo lo vivido. "Imaginad cómo nos sentimos, perdimos dos bebés a término y la única solución era esta, que otra persona nos lo gestara. Es algo muy especial, que no se puede expresar con palabras".

Hasta el nacimiento, la pareja ha hecho un largo viaje, que comenzó en 2012, cuando empezaron a explorar la vía de la gestación subrograda y que siguió en 2013, cuando Marina y José viajaron a Las Vegas, donde ella se sometió a un proceso de estimulación ovárica que permitió que se le extrajeran nueve óvulos, que se convirtieron en otros tantos embriones fecundados y congelados.

Tras lograr ese paso fundamental, la pareja inició el proceso de contactar con una mujer que gestara a su hijo. Tras un proceso de selección que también fue duro, contactaron con Elizabeth, una mujer estadounidense de 35 años, madre de tres hijos y casada con un militar de ese país.

A la mujer estadounidense se le implantaron dos embriones el pasado mes de noviembre y el embarazo prosperó, aunque a las nueve semanas de gestación el corazón de uno de los mellizos dejó de latir.

Sin embargo, el embarazo de Olaf se completó y Marina y José completaron su sueño de ser padres. El pequeño es un niño sano, con el que sus padres esperan estar de vuelta en Lugo hacia el día 22 de este mes. Para salir del país tienen que arreglar papeles y pasaporte.

Todos los días previos a la llegada del pequeño han sido emocionantes para la pareja, que está en Estados Unidos desde el pasado mes de julio. De hecho, adelantaron su viaje al país porque les avisaron de que era posible que el nacimiento se adelantara, lo que finalmente no ocurrió. De hecho, el parto fue finalmente inducido por los médicos.

Cuando Marina, José y Olaf regresen a Lugo este mes se habrá completado un largo camino, con resultado feliz pero que ha sido duro y también costoso económicamente para los padres.

La gestación de su hijo supondrá para la familia un coste por encima de los 100.000 euros. Es un gasto importante, que la pareja abordó tirando de ahorros y con apoyo familiar, ya que no están sobrados de recursos. Marina no trabaja y José tiene un salario medio.

Comentarios