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Tras el linaje de Pedro Madruga

Antropólogos analizan los restos de un sarcófago de la catedral de Tui en busca de vínculos con el caballero feudal símbolo de los Sotomayor. Un fémur hallado podría ser de su hermanastro
Los investigadores, durante los recientes trabajos en el sarcófago de la catedral de Tui
photo_camera Los investigadores, durante los recientes trabajos en el sarcófago de la catedral de Tui

Una tesis doctoral puede desvelar un secreto que lleva cientos de años oculto. El estudio que realiza el antropólogo Carlos Larreo Porral aglutina a numerosos expertos en torno a un sarcófago de la catedral de Tui. Buscan si existe relación entre los restos óseos de dos personas que allí fueron hallados y el linaje de Pedro Madruga, el ínclito caballero medieval que libró batallas contra los ‘irmandiños’ y se ganó su sobrenombre por su costumbre de luchar de madrugada, según cuenta la leyenda.

El sepulcro, adornado con las nueve cruces feudales que lo caracterizan y en el que supuestamente estaría enterrado el hermanastro de Pedro Madruga, Álvaro Páez de Sotomayor, lleva más de 500 años en el templo tudense, pero hasta hace unas semanas nadie se había propuesto averiguar lo que esconde en su interior. Bajo el título de La identificación genética del linaje de Pedro Álvarez de Sotomayor IV (Pedro Madruga), este estudio doctorado permitió que se abriese el sarcófago, no sin seguir unos estrictos protocolos.

En primer lugar, un restaurador procedió con el picado de lacal que sellaba el conjunto, bajo la atenta supervisión de un arqueólogo autorizado por la Xunta. A continuación, un cantero levantó ligeramente la tapa, tras lo que se pudo comprobar que existían restos en el interior, dando pie así a que prosiguiesen las investigaciones. Durante todo este proceso, la capilla del Santísimo, en donde se ubica la tumba, permaneció cerrada al público que visitaba el templo, ajeno a las labores de los investigadores.

Uno de los momentos más emocionantes de la investigación tuvo lugar cuando se levantó la tapa del sarcógafo. La sorpresa fue mayúscula, ya que en su interior yacían un cráneo —que conserva piezas dentales—, un fémur, una tibia y una sínfisis del pubis. Un aspecto que llamó la atención de los investigadores fue la existencia de pequeños huesos de animales —se cree que de oveja o cabra—. Se especula, por tanto, que los restos podrían haber sido trasladados al sepulcro desde un féretro anterior abierto en tierra.

Se procedió a la exhumación de los restos y desde el miércoles de la pasada semana se investiga su ADN en laboratorios especializados para averiguar si corresponden a los Sotomayor, familia noble de la baja edad media a la que perteneció Madruga y que, desde sus dominios en Pontevedra, llegó a ser una de las más poderosas de Galicia y del norte de Portugal.

HIPÓTESIS. De entre los restos se extrajeron, para analizar, cuatro molares del cráneo, dos fragmentos de pelvis, trozos del fémur y de la tibia. En base a los resultados que se obtengan no se descarta, tampoco, que se realice una prueba de carbono 14. A la espera de ello, los ojos de los investigadores están puestos en la pieza más robusta que hallaron, el fémur, y algunos ya han apuntado que puede pertenecer a Álvaro Páez de Sotomayor, el hermanastro de Pedro Madruga que perdió la vida en 1468, en Tui, luchando contra los ‘irmandiños’ y que lo dejó a él como heredero de la estirpe.

Una vez analizados los restos, se volverá a tapar el sarcófago y se encintará con cal. Para entonces, los investigadores confían en averiguar más sobre el rastro biológico de los Sotomayor y, por ende, del pasado medieval de Galicia.



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