Llegó la hora. La atleta lucense Alessandra Aguilar, sin duda la mejor maratoniana española en lo que va de siglo XXI, afronta la madrugada del sábado al domingo, a partir de la 1.30 hora española (seis horas más en Pekín), el maratón del Mundial de atletismo que se cierra este domingo en la capital de China. Acude la deportista lucense consciente de la dureza inherente de todo maratón y de las especiales circunstancias con las que ha de convivir, y soportar, un atleta si la carrera se desarrolla en la capital china. Las altas temperaturas veraniegas en Pekín, razón por la cual el maratón se inicia casi a la hora del alba, la elevada humedad y la contaminación hacen del maratón de Pekín una especie de infierno sobre el asfalto que no todos los atletas consiguen superar. Por ahí, la lucense tiene una difícil asignatura que aprobar por delante, tanto como el resto de las participantes: en total 72 corredoras en representación de 38 países.
Pero la ventaja de Alessandra Aguilar, a la que no se puede exigir que luche por las medallas si se tiene en cuenta el poderío de las atletas africanas, es que sabe con lo que se va a encontrar. Regresa la lucense a Pekín, donde en 2008 vivió su bautismo olímpico. Por tanto, conoce perfectamente las especiales circunstancias en que se corre allí. Precisamente por eso decidió hacer toda la preparación en el también inclemente verano de Madrid, donde reside, y sus poco amables temperaturas.
Con el fin de evitar los peligros de la adaptación a un punto del planeta tan lejano de España como China, Aguilar lleva una semana en Pekín. Otro peligro descartado.
Cuenta, además, con la baza de su veteranía, así como con el buen recuerdo de su última participación en el maratón de un Mundial. Alessandra Aguilar acabó en una espléndida quinta plaza hace dos años en Moscú, donde completó una memorable carrera en la que fue de menos a más. Rezagada tras los primeros kilómetros, quizá guardando fuerzas para los últimos, la fondista de Lugo obtuvo la recompensa a su planteamiento cuando kilómetro a kilómetro, metro a metro, empezó a dar caza a cuantas rivales la habían distanciado. No será fácil repetir aquello, pero seguro que Alessandra Aguilar, tenaz como pocas, lo va a intentar. Cuanto más dura sea la carrera, más opciones tendrá de brillar la discípula de Antonio Serrano, la única española esta vez en el maratón del Mundial.
OBJETIVO RÍO. Los objetivos en Pekín de la fondista lucense, pues, están claros. Pasan por quedar lo más arriba posible en la clasificación, para no perder de vista los Juegos Olímpicos del próximo año en Río de Janeiro —para los que ya se clasificó en el maratón masculino Javi Guerra— y, si es posible, rebajar sus mejores marcas.
Alessandra Aguilar posee este año en maratón un mejor tiempo de 2.29.45 horas. Rebajarlo está a su alcance, como también superar su mejor marca en la distancia (2.27 horas) o batir el viejo récord de España de Ana Isabel Alonso (2.26.51 horas, establecido el 15 de octubre de 1995 en San Sebastián), del que ha estado muy cerca al menos en dos ocasiones a lo largo de su ya extensa carrera deportiva.
