El Patio del Seminario se llena cada tarde de niños dispuestos a celebrar su cuota de programa festivo.
Los más pequeños disfrutaron de una intensa tarde de juegos, en la que no faltaron malabares, humor o fantasía.
El Patio del Seminario se llena cada tarde de niños dispuestos a celebrar su cuota de programa festivo.
Los más pequeños disfrutaron de una intensa tarde de juegos, en la que no faltaron malabares, humor o fantasía.