Plantarse en el centro de Lugo desde el centro de Monforte es una gozada gracias a la puesta en servicio de los últimos tramos de la vía de altas prestaciones (VAP) entre la ciudad del Cabe y la capital de la provincia. Cubrir en un turismo el trayecto comprendido entre la delegación de este diario en la Ribeira Sacra y la sede central de El Progreso, en total 65,2 kilómetros, tuvo en la mañana de sábado una duración de 50 minutos exactos.
Los conductores que miden los tiempos de sus viajes suelen tomar como referencias las salidas y entradas de la ciudades, de ahí que no sea extraño que se hable, como días atrás hizo la Xunta, de que en 35 minutos uno está en Lugo. Tal afirmación tiene sentido si entendemos que Nadela ya es parte de la capital.
El viaje es realmente cómodo. Se trata de una carretera que podría calificarse de suave, amable, con largas rectas y curvas que casi no lo parecen. A la planificación, sobre todo la del tramo comprendido entre Oural, en O Incio, y Monforte, habría que darle un sobresaliente.
Ello implica un tráfico fluido a pesar de que haya escasos tramos con un tercer carril, el llamado de aceleración. Entre Monforte y Sarria, solo hay dos.
Uno se monta en el coche, pone el limitador de velocidad en 100 kilómetros a la hora y, si tuviese en su vehículo esa tecnología instalada en el Peugeot que días atrás recorrió el trayecto Vigo-Madrid de forma automática, podría viajar a Lugo leyendo el periódico gracias a las bondades de esta carretera .
Para saber realmente lo que supone contar con esta nueva infraestructura viaria hay que realizar el mismo recorrido por la antigua LU-546.
Los kilómetros son casi similares a los que hay por la vía de altas prestaciones, pero el estrés se reduce mucho.
Ya no es que uno emplee 13 minutos más de viaje, como pudimos comprobar el sábado, sino que no tiene que conducir por una carretera enrevesada, llena de curvas y contracurvas, por no hablar de que la práctica totalidad de sus tramos están limitados a 80 kilómetros a la hora y que hay que atravesar las localidades de Sarria, Oural, Noceda, Rubián, Bóveda y A Áspera, donde es necesario levantar el pie del acelerador para acomodar la velocidad de circulación a los exigidos 50 kilómetros.
Por eso, no es de extrañar que de camino a Monforte desde Lugo no nos encontrásemos con ningún vehículo delante de nosotros. La vieja LU-546 se ha convertido en una vía de servicio entre las poblaciones que la salpican.
MÁS RELACIÓN. El único lamento que se le puede poner a esta vía de altas prestaciones es que su construcción se hubiese prolongado tanto en el tiempo.
El tramo comprendido entre Nadela y Sarria se abrió en el 2008, teniendo que pasar siete años para ver operativo el segundo gran trayecto, el comprendido entre esta localidad y Monforte, ahora realmente bien comunicada con su capital provincial. Esta vía facilitará la relación entre la segunda y la primera ciudad de Lugo, pues la diferencia con el viaje a Ourense, localidad hasta ahora referente para los monfortinos, es de apenas de diez minutos.
Por la vieja LU-546 el viaje dura una hora y tres minutos y el conductor sufre mayor estrés por lo enrevesada que es
