Una trampa para la velutina

Un exterminador de avispas asiáticas patenta un dispositivo protector para las abejas ►La malla defensiva y un vestíbulo impiden que la especie invasora entre en la colmena
Invento de Vázquez, gerente de la firma Serpa
photo_camera Invento de Vázquez, gerente de la firma Serpa

El vivariense José María Vázquez, exterminador propietario de la firma Servicios Privados Antivelutina (Serpa), llevaba dos años probando un dispositivo para proteger a las abejas de la avispas velutinas y acaba de registrar la patente. Consiste en una especie de portal, que se instala frente a la colmena, al que a su vez se acopla una red que impide el acceso de la especie invasora.

La clave del éxito del invento reside en tres aspectos que tienen que ver con la malla protectora: el tamaño -la medida recomendada del artilugio es de un metro de largo, otro de ancho y 1,50 de alto-; la forma de la rejilla y su color, similar al de la abeja, para que ésta se mimetice con ella (si fuese blanca, sería fácilmente visible para su depredador).

«Solo pueden pasar las abejas a la colmena, pero no las velutinas», asegura Vázquez, que da fe de que los únicos enjambres que han conseguido sobrevivir a la plaga, en su producción particular, lo han logrado gracias al sistema de defensa instalado.

Además, el dispositivo permite colocar en el exterior las botellas con las que los apicultores atrapan a la velutina. Vázquez señala que «conviene instalarlo en cuanto se vean las primeras amenazas. Mejor una noche, para que la abeja se vaya adaptando a su nueva ruta de entrada y salida. Otra ventaja añadida es que el insector no lo ve como un objeto extraño, por lo que sigue trabajando y elaborando con normalidad la miel»; un néctar que siempre estará protegido aunque la colmena caiga presa de algún tipo de enfermedad que cause la mortandad de las abejas -no hay que olvidar que la velutina también se come las mieles-.

Vázquez busca a un empresario que se implique y que, o bien le compre la patente, o bien la distribuya por Galicia y la cornisa cantábrica. El precio del dispositivo -que se puede montar en plástico, madera o incluso en hierro- oscilaría entre los 60 y los 80 euros. «Daríamos trabajo a mucha gente y salvaríamos la polinización porque no podemos acabar con la plaga pero sí equilibrar la balanza», afirma, e insta a telefonearle en el 604.00.29.98.

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