Breogán y Ourense se volverán a encontrar este sábado en el Pazo

La última visita del Ourense Baloncesto al Pazo dos Deportes de Lugo, el 31 de mayo del pasado año, se saldó con una gran decepción para la afición breoganista. Con un Pazo a rebosar, el Breogán necesitaba la victoria para alcanzar el ascenso a la Liga ACB y tuvo muy cerca su sueño pero en los dos últimos minutos se dejó el partido (69-73) y gran parte de sus aspiraciones.

Ningún breoganista habrá olvidado aquella tarde, ni aquel encuentro. Desde luego el derbi que reeditarán los dos equipos gallegos el próximo sábado (19.15 horas) y en el mismo escenario no tendrá nada que ver con aquel. Más allá de lo que implica un derbi, todo lo demás está lejos de lo que se ofrecía en aquel partido.

Mientras el Cafés Candelas Breogán intenta rehacerse de sus propias cenizas tras una trayectoria tan nefasta como inesperada, lo que le mantiene fuera de la zona de play off, el Ourense Baloncesto transita por la competición sin presión, sin alardes e incluso como queriendo pasar desapercibido. Saben que al final de este callejón está para ellos la Liga ACB, si es que, como se espera, se cumplen todos los acuerdos alcanzados con el presidente de la asociación de clubes y se ratifica por la asamblea. Por si acaso, en Ourense no se quieren desviar ni mínimamente de la trayectoria marcada. Y menos en el tema del presupuesto. No se puede dar munición al enemigo.

El Ourense partió con una plantilla construida casi a última hora -después de un verano de litigio para defender su ascenso- pero capacitada para competir con algo más que dignidad en la LEB Oro. Y lo está haciendo. De hecho, el Ourense Baloncesto tiene, en estos momentos, el mismo número de victorias que el Cafés Candelas Breogán, con la diferencia de que los lucenses sí confeccionaron la plantilla para buscar el ascenso a una ACB que, al contrario que sus próximos rivales, aún ven muy lejos.

Y en esa autolimitación de gastos, y en la ausencia de conseguir necesariamente un objetivo, se enmarca la decisión de los dirigentes ourensanos de no atender -al menos hasta ahora, aunque sí se ha realizado alguna maniobra en busca de una cesión- el requerimiento de los técnicos para fichar al sustituto de Danny Agbelese. Dos jornadas antes del fin de la primera vuelta, el ala-pívot abandonó el Ourense para jugar en la ACB, concretamente en el Gipuzkoa Básquet. Desde luego, la baja del estadounidense de origen nigeriano dejó tocado el juego interior del conjunto ourensano, dependiente ahora del veterano Guillermo Rejón, del bielorruso Mksim Salash y de los centímetros, y poco más, de Kyle Rowley.

Sin embargo, el Ourense tiene desde hace un par de semanas a prueba a un base estadounidense, Jalen Riley. Aunque oficialmente aún no se ha tomado ninguna decisión sobre este jugador, el presidente del club, Antonio Gavilanes, ya dejó claro, en declaraciones a Faro de Vigo, que no se incorporará al equipo salvo "que al club no le valiera un euro".

Pedro Rivero y Rejón, los dos únicos jugadores que siguen de la pasada temporada, son la columna vertebral del equipo. El escolta canadiense Diego Kapelan es el máximo anotador y está bien acompañado en el perímetro por Jhornan Zamora y por el alero gallego, cedido por el Real Madrid, Jonathan Barreiro.