Barro, lluvia, viento, granizo... Detalles para aliñar una ensalada de fútbol épico, británico, que fue amarga para el Ribadeo.
El equipo de casa sucumbió en las trincheras en la batalla de la ría del Eo. El Ribadumia fue más certero en sus incursiones. Los celestes fueron esterilizados de cara al gol y, por mucho empeño que le pusieron, naufragaron una vez tras otra frente al marco contrario.
El partido tuvo dos actos. Los primeros cuarenta minutos y el resto. Hasta el minuto 40, la batalla se libró en equilibrio. Uno y otro, cada uno con sus armas, midieron sus fuerzas con el fútbol que permitía el castigado césped de Pepe Barrera.
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