El patriarca avisa de que si no traen de vuelta a Nerea "va a haber ruina"

Cree que si la familia del chico con el que se fue la niña no la devuelve "se matan"
Antonio Cortiñas Montoya, el patriarca
photo_camera Antonio Cortiñas Montoya, el patriarca

Antonio Cortiñas Montoya, ‘el Castroverde’, es la única persona que se interpone en estos momentos entre dos familias en pie de guerra, los Montoya y los Romero. Es el hombre de respeto, el patriarca al que acuden los gitanos en Lugo para arreglar sus disputas y la única esperanza de que la fuga de Nerea y el Cholín no acabe en una boda de sangre.

Sin embargo, Antonio reconoce que no sabe hasta cuándo podrá mantener a la familia de la chica, de 15 años, calmada, y advierte a los Romero: "Si no traen a la chica, que piensen que a la corta o a la larga va a haber una ruina. Y estas cosas cuando empiezan son malas de terminar".

Nerea Montoya desapareció el miércoles de la semana pasada, cuando estaba pasando unos días con su abuela en O Carqueixo. Sus padres, que viven en Begonte, denunciaron ante la Policía que fue secuestrada, porque había sido vista entrando en un coche en el que, supuestamente, reconocieron a dos hermanas de Cholín Romero, el chaval de 17 años que ya se la llevó otra vez, hace tres meses, para casarse con ella.

«El problema es que a la familia de ella no le gusta el novio», explica el Castroverde, «y que ellos la han metido en el coche y la han raptado. Si se hubiera evadido ella sola, igual no había todo esto». El patriarca no niega que algo de culpa también ha de llevar ella, porque se ha marchado ya dos veces con el Cholín, pero tiene claro que en estas circunstancias cualquier solución tiene que empezar porque devuelva a la niña a su familia. «El Cholo me mandó razón de que no se la van a traer, pero ya le he mandado yo razón por otros de que si no la trae habrá follón», avisa.

El patriarca ha conseguido frenar de momento la violencia «con los destierros y mandando a unos para un lado y a otros para el otro. Gracias a que estoy yo en medio no ha pasado aún nada». No olvida que al padre de Nerea lo detuvieron cuando iba en su coche, armado con una escopeta, una navaja y una canana cargada de cartuchos, en busca de los miembros de la otra familia, que ahora ha salido huyendo de Lugo.

«MALO SERÁ». Antonio Cortiñas hasta está convencido de que puede poner fin definitivamente a la guerra si los Romero devuelven a la chica y dejan que se tranquilicen las cosas, como ya ha arreglado antes situaciones similares: «Si la traen, pasa una temporada con sus padres y ya voy hablando con las familias, porque me respetan la palabra, los muchachos dejan aconsejarse... Malo será que yo no arregle las cosas».

Eso sería lo ideal, pero la situación en este momento «está que arde, porque no hay quien pueda con ellos. Si esto sigue así, sea un día o sea otro, la van a tener, porque se matan».

«Si la traen, pasan una temporada con sus padres y voy hablando con las familias... Malo será que yo no lo arregle», confía

Mientras, la Policía Nacional mantiene activado el protocolo de búsqueda de menores desaparecidos, ya que también la familia del Cholín denunció la desaparición. No obstante, parece ser que el padre reconoció a los que hablaron con él que tanto el chico como Nerea estaban con ellos.

El asunto es saber dónde están ellos. Hay quienes los sitúan en constante movimiento, con los coches viajando de un lado para otro. Otros marcan como posibles destinos Badajoz, Madrid, Ponferrada o Valdemoro, donde los Romero tendrían familiares que los protegerían.

Y, por lo que parece, tampoco es que la alarma de búsqueda de menores haya desembocado en una actividad febril de los cuerpos de seguridad, desde luego no del mismo modo que se aprecia cuando la niña desaparecida no es de raza gitana. Así que, por ahora, el Castroverde sigue siendo la mejor baza para que dos familias no se busquen la ruina.

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