La novena edición del FIV echa el telón tras un éxito rotundo de público

Vilalba vuelve a la calma tras reunir dos noches a 3.700 personas en la Praza da Constitución
El público en el FIV.
photo_camera El público en el FIV.

El FIV echa el telón de su novena edición tras un éxito rotundo de público, en un fin de semana en el que se congregaron en la Praza da Constitución 3.700 personas –el aforo completo– cada una de las dos noches de conciertos. 

Tras un primer contacto el viernes, con la plaza a reventar en algunos de los conciertos más esperados como el de Supersumarina –dos chicas lucenses mostraban aún emocionadas la baqueta de recuerdo que lanzaron los músicos–, la noche del sábado fue el gran momento para muchos, que esperaban ansiosos a ver a algunos de sus favoritos. Entre gran parte de las apuestas, Miss Caffeina, Izal, que transportó al público de Vilalba a ‘Copacabana’ con su último disco, o Dorian. Y ninguno defraudó. 

La carpa fucsia vibró una vez más entre ritmos bailables y coros atronadores, demostrando que el FIV tiene tirón, y mucho. 

"Este año hubo mucha más gente. La organización muy bien. Nos encanta el festival", explicaban Andrea, de Monforte, y Salomé, de Cangas, por la tarde, antes de los conciertos. 

"Lo pasamos genial. Hay buena música y buen ambiente y es genial tenerlo tan cerca de casa porque no hay muchos festivales así en Galicia", decía una pandilla de la Mariña lucense, que si tenía que sacar un pero, era el frío por la noche. 

Y eso que ellos acamparon en la segunda zona, la cubierta por la carpa. Los que llegaron antes se instalaron en el pabellón, pero a los siguientes les tocaron zonas improvisadas en las proximidades del campo de fútbol o en el Campo da Feira, porque no solo se colgó el cartel de completo en la taquilla –las entradas se agotaron cuatro días antes del festival–. 

Se superaron las expectativas con las tiendas de campaña y hubo que reprogramar al final y habilitar nuevos espacios porque encontrar una habitación en Vilalba, e incluso en los concellos limítrofes, era imposible. Desde hace casi un mes todas las plazas estaban reservadas en un fin de semana que desde hace varios años el sector hotelero define como el mejor del año. 

"Estamos muy contentos. Y hay muy buen ambiente. No hubo ningún problema. Es gente muy sana", apuntaba el edil de cultura de Vilalba, José Antonio Pita, mientras escuchaba los ritmos de la banda de música de Vilalba en el Centro Cultural e Recreativo, en la sesión vermú del FIV. "Fue un acierto", decía, mientras decenas de personas se agolpaban ante las sillas repletas de músicos en un concierto intergeneracional previo al de Belize, donde los festivaleros se mezclaron con los clásicos de siempre de una forma tan natural que dejó claro que la música es capaz de unir generaciones. Allí también se colgó el cartel de aforo completo. Otro éxito.

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