El alcalde de Pantón denunciará a Iberdrola por el estado de A Chaira

La empresa de Ignacio Sánchez Galán se desentiende del poblado hecho en el año 1945. Las casas están en muy mal estado, llenas de basura e incluso amenazan ruina
Edificio principal del poblado de A Chaira, en Pantón
photo_camera Edificio principal del poblado de A Chaira, en Pantón

El alcalde de Pantón, José Luis Álvarez Blanco, mostró su indignación hacia la compañía hidroeléctrica Iberdrola, la presidida por Ignacio Sánchez Galán, por la "total desatención" de un antiguo poblado que hay en el lugar de A Chaira y que con el paso del tiempo presenta un estado cada vez, dijo, "máis lamentable".

Por ello, Álvarez no dudó en asegurar que desde el Ayuntamiento se emprenderán acciones contra la compañía vasca acordes a las ordenanzas municipales, al tiempo que la denunciará ante la Consellería de Medio Rural, en base a la nueva Lei do Solo, "por feísmo, unha figura que contempla a nova normativa", destacó.

Y es que el poblado de A Chaira, levantado por Iberdrola entre los años 1945 y 1956 para albergar a los trabajadores más cualificados encargados del proyecto de construcción de la presa de Santo Estevo, se cae a trozos desde hace años sin que su propietaria busque una solución.

Se trata de una docena de edificaciones de diferente tamaño, y hasta de una pequeña iglesia, que estuvieron ocupadas hasta finales de los años 80. Tras su abandono por parte del personal, Iberdrola tomó el mismo camino, no haciendo nada para mantenerlas en buen estado.

Su única acción fue tapiar con ladrillos puertas y ventanas de las plantas bajas de las edificaciones para impedir que alguien entrase. Sin embargo, al carecer de atención y vigilancia, desconocidos abrieron boquetes para acceder a su interior y utilizar algunas viviendas como refugio, donde a día de hoy se acumula gran cantidad de basura.

En otros casos, los tejados se han venido abajo y las paredes interiores de la iglesia han sido llenadas de grafitis a modo de un gran mural vegetal.

El malestar del regidor pantonés por esta situación que se agrava con el tiempo es mayúsculo, sobre todo cuando años atrás la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán se vino atrás en un preacuerdo al que había llegado con un inversor extranjero para vender el complejo por 250.000 euros. El reto de este inversor era crear un centro turístico, ya que el complejo se encuentra situado a diez minutos de la localidad de Ferreira y muy cerca del parador de turismo de Santo Estevo de Ribas de Sil.

El trato se había llevado con absoluta discreción. Sin embargo, en marzo de 2014, la inmobiliaria que intermedió en las gestiones anunció que Iberdrola había dado marcha atrás para disgusto, entre otros, del propio alcalde, que se había involucrado en las gestiones y había dado todas las facilidades a los inversores.

Tras ese varapalo, la idea del regidor era que la Xunta mediase para continuar con ese proyecto, pero, según reconoció este jueves, todo está parado y entiende que Iberdrola ha decidido desentenderse del poblado. Por ello, anunció que hará todo lo que esté en su mano para que la empresa a cuyo frente está Ignacio Sánchez Galán "non se vaia de rositas, pois o que están a facer non ten nome".

LOS NÚMEROS. La compañía Iberdrola genera en Galicia en 5,6 por ciento de su producción eléctrica a nivel nacional, gracias a sus 19 centrales hidroeléctricas y a 14 grandes presas que tiene a lo largo del cauce del Sil. Con ello ha sido capaz algún año de lograr 3.270 gigavatios hora, con los que se podría abastecer el consumo medio anual de 1,5 millones de personas.

La empresa vasca tiene en cartera una inversión de 517 millones de euros para llevar adelante un ambicioso proyecto en el corazón de la Ribeira Sacra. Su intención es construir unas instalaciones para generar 750 megavatios, producción comparable a una central nuclear de pequeño tamaño.

El plan lleva varios años paralizado por su alto impacto medioambiental, pues se trata de bombear agua desde el río Sil a lo alto de la montaña para embalsarla. El ciclo comenzaría con el bombeo de noche, cuando la electricidad es más barata, para soltar el agua en los momentos de mayor demanda energética, cuando hay grandes picos, y así obtener un más beneficio económico.

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