Los museos chairegos de Vilalba y de Castro de Rei apostaron por celebrar la Noite dos Museos con varias actividades vespertinas, que incluyeron la posibilidad de conocer más a fondo ambas instalaciones, y también pinchos para todos los asistentes.
Museos e Paisaxes Culturais es el tema elegido este año como 'leit motiv' de una celebración idedada para acercar estos centros a la sociedad. Y en el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba (Mupav) impulsaron bajo este lema la visita titulada Paisaxes doutros tempos. Culturas do Pasado, en la que se recorrieron varios yacimientos significativos de la parroquia vilalbesa de Santaballa, como el abrigo de Penagrande.
Cerca de 40 personas de una excursión organizada por la Anpa de un colegio compostelano se sumaron al taller de barro del castro
La jornada se completó con la visualización del documental A Prehistoria y una doble visita al museo, por un lado a su exposición permantente y por otro a sus entrañas, a la trastienda del Mupav, de la mano de su director, Eduardo Ramil. Además, hubo tiempo para proyectar un vídeo de las actividades de 2015.
En el Museo do Castro de Viladonga, la lluvia evitó que los presentes pudiesen probar sus habilidades con los juegos del club de bolos O Cadaval de Castro de Rei, que en cambio sí pudieron disfrutar del concierto ofrecido por uno de los clásicos de esta convocatoria, el grupo de gaitas Os Valuros, cuyos músicos dejaron de lado su tradicional traje regional para ataviarse para la ocasión.
También cosechó un gran éxito el dúo musical Cantata Vernácula, integrado por Suso Vaamonde y Xoán Porto, que animaron al público armados con un acordeón y una zanfona y muchas dosis de humor.
Aunque sin duda la actividad con más éxito fue el taller de cerámica impartido por Barroenvivo, del que disfrutaron especialmente los cerca de 40 integrantes de una excursión cultural organizada por la Anpa del Ceip Raíña Fabiola de Santiago de Compostela. Las familias participantes visitaron Lugo y su muralla por la mañana y por la tarde hicieron una parada en Viladonga, donde primero los niños, y después los mayores, probaron el torno y pudieron llevarse un recuerdo para casa.
